Esto puede sonar a tópico, al menos a mí me sonaban así antes de experimentarlo, pero es cierto que las pequeñas cosas, los pequeños logros que uno va consiguiendo hacen que la vida sea un poco más fácil. En mi caso, el comprar una lavadora y una nevera ha supuesto un gran paso. Hoy me trajeron ambas cosas a mi apartamento, y así podré tener algo para desayunar sin tener que comprarlo día a día o podré lavar ropa, lo cual no es cualquier cosa porque con el calor y la humedad que está haciendo por aquí, se necesita bastante.
Además, hoy un compañero del laboratorio (uno de los assistant professor, un cargo justo por debajo del jefe), que se compró una casa y se va a mudar en breve, me regaló una especie de sofá bajo y me dijo que para la semana que viene me va a traer un escritorio también. El caso es que no me quiso cobrar nada, la amabilidad japonesa ataca de nuevo, aunque también me dijo que le había ahorrado un dinero ya que hay que pagar al ayuntamiento para poder tirar cosas grandes.
Voy a reservar las fotos de las cosas que tengo en el apartamento para más adelante, para poder preparar una buena entrada a ver si soy capaz de explicar bien cómo es el piso, ya que con la panorámica de la anterior entrada no quedó demasiado claro.
Cambiando un poco de tema, ayer me dieron la fiesta de bienvenida en el laboratorio. Fue en el mismo laboratorio, en una sala que está reservada para reuniones. Allí tienen guardados una especie de hornillos eléctricos donde se puede cocinar la comida. Hasta el mismo jefe participó de la fiesta. Citando sus propias palabras, es mucho mejor hacerlo de esa manera, en el laboratorio, donde todos pueden comer, beber y hablar sin problema y así poder conocerse mejor. A mí me parece una gran idea porque hace que el grupo esté unido. Además, el jefe incitaba a beber porque, según él mismo, cuando uno se emborracha muestra lo que verdaderamente es, una costumbre muy japonesa. Incluso tuve que decir unas palabras hablando de mí mismo, lo cual no me gusta nada, y tuve que responder a varias preguntas, desde mis aficiones hasta si tengo novia. En cualquier caso, de esta manera uno no sólo se siente bienvenido si no también aceptado e integrado.
Para darle un poco de color a la entrada, aquí os pongo uno de los postres que comí ayer.
Me encanta el chocolate y lo puedo comer casi de cualquier manera (¿sustitutivo de algo?), con pan, yogurt y hasta chorizo si hace falta, también con casi cualquier cosa dentro, naranja, frutos secos, licor… pero apuesto a que (casi) ninguno de vosotros ha comido nunca chocolate con alga. Pues sí, este es el dulce coreano que no me pude resistir a comer, pero no creo que me vuelva a pasar, es una mezcla de lo más extraña, no lo recomiendo.
Y más o menos así ha transcurrido la semana, bueno, también estuve trabajando, pero supongo que en algún momento hablaré de esto también, que hasta ahora estoy contento porque ya empecé a hacer cosas en el laboratorio y lo echaba mucho de menos. Pero bueno, viendo mis últimas experiencias en el extranjero, a pesar de que el tema de trabajo tiene muy buena pinta, no quiero lanzar las campanas al vuelo.
Besos para ellas y abrazos para ellos.