Una entrada parecida a esta la podéis encontrar hacia los comienzos de este blog, hace ya más de cuatro años, cuando vine a Japón por primera vez. Sin embargo, sobre temas de lenguaje y culturales, haría falta escribir mucho (bueno, hay mucho escrito pero no por mí y hay que ir rellenando entradas). Además, ahora ya tengo más experiencia que por entonces, no sólo por haber hablado con mucha más gente extranjera sino también por haber vivido yo mismo en dos países diferentes a España.
Como ya dije, y sigo afirmando, una de las cosas más difíciles de vivir en el extranjero es entenderse con la gente. Cuando estaba en Inglaterra, en principio era un poco más fácil ya que uno de los interlocutores usaba su lengua materna… bueno, la verdad es que eso a veces lo hace más complicado ya que el nativo no se suele dar cuenta de que tiene que ayudar un poco, hablando más despacio, vocalizando, con lenguaje más sencillo y menos frases hechas o giros lingüísticos.
Por otro lado, hay muchas expresiones, frases hechas o dichos que se pueden traducir casi literalmente del español al inglés y se entienden perfectamente. Supongo que, a pesar de la evidente diferencia cultural, al final somos todos europeos y las costumbres son en cierto modo parecidas. Además, el inglés tiene bastante influencia del latín, así que hay muchas palabras parecidas ¿quién no ha añadido –ator al final de una palabra en castellano para inglesizarla?
Sin embargo, entre el español y el japonés el cambio cultural es mucho más grande, por lo que no hay tantas similitudes, aunque sí que a veces se pueden traducir directamente algunas cosas, al final somos todos humanos.
Con estas cosas del idioma hay que tender mucho cuidado. Por ejemplo, siempre recordaré que hace un tiempo, cuando estudié japonés durante un curso en la Universidad de Oviedo, se hizo una especie de taller de japonés (lo siento, ahora no recuerdo el nombre exacto que le dieron) donde se daban charlas sobre cultura japonesa. Algunas de las charlas me resultaron interesantes, sin embargo, otras me resultaron, disculpando por delante la dureza de las palabras que voy a utilizar por si se hiere alguna sensibilidad, realmente vergonzosas. El problema es que el tema estaba organizado por una asociación asturianista, y claro, tenían que meter la reivindicación de la lengua, aunque fuera a calzador. No estoy en contra del asturiano, me parece que se tiene que mantener vivo, pero no creo que se deba hacer cualquier precio y cada cosa tiene su sitio.
Una de las charlas fue sobre un proyecto de diccionario japonés-asturiano. La idea podría hasta estar bien si no fuera porque la charla la daba una chica que no sabía apenas japonés. Estaban haciendo el diccionario entre ella y un japonés que había estado en Gijón, quien, al menos, sí hablaba español y algo de asturiano. No sé, tal vez me pase de listo, pero creo que si te metes en un proyecto como ese, ambas personas deberían conocer muy bien el otro idioma.
Siendo esto bastante malo, peor fue la charla que le hicieron hacer a la chica que daba las clases en la universidad: Similitudes entre el asturiano y el japonés… ya me contaréis qué similitudes pueden tener y eso sin conocer ninguno de los dos idiomas. Además, la chica estuvo unos meses en Oviedo y era la primera vez que estaba en Asturias. La única similitud que encontró, haciendo un ejercicio de imaginación extraordinario, fue la forma de terminar las frases coloquialmente, ya que muchas veces usan …yo, que se puede parecer al típico ¡ho! asturiano… en fin.
Para terminar esta entrada reivindicativa, voy a poner algún ejemplo gracioso. Uno muy típico es el de cuando te preguntan cómo se dice kanpai en español. Yo suelo traducirlo como salud, pero alguna gente dice chinchin, lo cual es peligroso porque en japonés significa pene. Por otro lado, el Manco de Lepanto tendría un problema en Japón, ya que manko significa vagina. Claro que los asturianos también tendríamos un problema cuando decimos ¡manqueme en la mano, ho! mira tú, una relación más con el asturiano.
Una de las últimas palabras graciosas que me he encontrado lleva un poco más de explicación. Me preguntaron cómo se traducía oishiso, esto viene de oishii, que es delicioso (para comida), cuando a un adjetivo se le añade so al final, normalmente quiere decir que algo parece el adjetivo en cuestión (otro ejemplo, atsui: caliente, atsuso, parece caliente). Pues bien, yo dije que una forma de decirlo sería tiene buena pinta, a lo que me dijeron, oh! That’s a slap, es decir, una bofetada. En realidad, bofetada es binta, pero bi y pi es muy parecido en japonés. Aquí queda, aunque es un poco macarra, otra similitud uniendo los tres idiomas de mi vida, te voy a pintar la cara a bintas después de tomarme unas pints.
Otra entrada sin fotos, la próxima irá con ellas si me pasan las del viaje de invierno que hicimos esta semana.
Besos para ellas y abrazos para ellos.