Ya
lo he comentado en otras ocasiones en este blog y en persona sobre todo estas
navidades, así que muchos ya sabéis que una de las cosas que más echo de menos
en este país es el queso. Es difícil encontrar buen queso y mucho menos a un
precio razonable. Normalmente lo que se suele encontrar es queso tipo tranchetes,
cremoso de untar, cheddar… pero el queso curado es casi imposible de comprar y
si se encuentra, es bastante caro. También se puede encontrar queso azul, el
que yo compro alguna vez es danés. Sin embargo, hoy quiero poner una foto de
una rareza, algo que he visto nada más que una vez.
Pues
sí, se trata de queso Cabrales (izquierda) y queso de Valdeón (derecha), ah, y
blanquita (¿dónde habrá dejado a Trillo?). Una de las cosas que encuentro más
interesantes es ir de vez en cuando a los supermercados, a la sección de
comidas preparadas, frutería, pescadería o carnicería. En ocasiones es como
entrar en un museo pero mejor porque en este caso a veces se pueden probar las
obras. Hace unos cuantos meses, mientras estaba dando un paseo con un chico
español que estuvo por aquí, le llevé a uno de los supermercados más
interesantes y pijos de Sendai. Allí fue donde vimos estos dos quesos. Aquel día
no compré pero estuve a punto de hacerlo unos días más tarde después de que la
morriña me golpeara, pero ya no lo volví a encontrar. Eso sí, el precio no
estaba nada mal, aunque ahí no se ve, el cabrales costaba 882 yenes los 100
gramos, lo que son 80€ el kilo más o menos (al cambio del momento, ahora sería un
poco menos). Teniendo en cuenta que el
precio de un queso de Cabrales normal anda por los 15€ el kilo en Asturias (hablo
de media, que alguien me corrija si no es así) creo que ya he encontrado el
negocio. De momento me tengo que contentar con lo que me traje al volver de
vacaciones de navidad.
Esta
es una entrada corta, la primera de algunas que llevo pensando desde hace
tiempo para ir enseñando algunas curiosidades que me encuentro por aquí. Hago esto
porque la otra entrada que se me ocurre necesita de más tiempo para madurar y
caer del guindo (que no de De Guindos).
Besos para ellas y abrazos para ellos.
Ese planeta tiene que estar lleno de cosas raras, yo me iría siempre con la cámara en la mano a todas partes.
ResponderEliminarViendo lo que se habla por ahí de los precios de la fruta y demás, el cabrales no me parece tan caro.
Un abrazo primo.
Ahí el problema del negocio es el volumen de queso, pero si te pones y negocias,...
ResponderEliminarEstas entradas del día a día son de las mejores. Corta pero intensa. Sobre todo si tienes buena imaginación olfativa. Soy de los que no aguantan algo más fuerte que el quesito.
ResponderEliminarVenga, siendo que es corta, esta semana toca otra ¿no?
¡¡Un abrazo!!
A que presta encontrar eso, y nada menos que en Japón?? En Nueva York encontramos también Cabrales y queso La Peral (éste me sorprendió encontrarlo)Un besín y hasta pronto
ResponderEliminarBueno, pues como en el Lidl, encuentras una comidita (o un vino, o una conserva, etc.) de Noséandestán, en un gesto valiente la pruebas, está la mar de rica, vas a por una caja... y desapareció por siempre jamás. NUNCA hay que dejar pasar la ocasión... que hay que pillarla por los pelos ¡y la pintan calva!
ResponderEliminarBesicos faticos.
Jorge y Sara
Estoy con Joan: me encantan las entradas del día a día.
ResponderEliminarTambién me gustan las otras, pero mis preferidas son éstas. A ver si nos deleitas con otra en breves que ya sabes que tu club de fans es ansioso.
Besos!!