En
dos entradas de años anteriores (2011 y 2012) hablé
del imoni, el cocido de patata que es
típico de la zona. Este año lo volví a comer y además en dos ocasiones, una con
la gente del laboratorio y otra con unos amigos.
En
el caso del laboratorio, fuimos a Akiu onsen,
del que hablé en
otra ocasión. El cocido lo comimos en la terraza de un hotel, lo cual no es
lo más tradicional, pero sí que era más cómodo. De todas maneras, las vistas
desde allí no estaban mal.
Y
lo mejor es que podíamos darnos un baño en el rotenburo del hotel, el cual es uno de los mejores en los que he
estado hasta ahora. Como no había muchos clientes, tuve la suerte de poder
hacer una foto.
Los
rotenburo normalmente están bastante cerrados
por aquello de la desnudez y los pervertidos. Pero, en este caso, aunque
tampoco se podía ver mucho, sí que había cierta sensación de amplitud.
A
lo que venía esta entrada es al tema de los cocidos. Como ya hablé y puse fotos
del imoni en su momento, voy a poner
una foto de otro cocido un poco diferente.
¿Alguien
sabe lo que es? Espero que se note que es una fabada. Las últimas veces que fui
a España me traje de vuelta varios preparados de fabada. En este caso, además lo
hizo mi padre (volviendo a la tradición de los kit quitapenas) incluyendo el
vino, un reserva de bodegas Lalanne, denominación de origen Somontano, que
estas cosas las hay que regar como es debido. No pude traerme el agua, como
algunos hacen cuando preparan una fabada pasando el Pajares, pero el resultado
no estuvo mal del todo. Aunque esto del resultado yo creo que depende de las ganas
que se tengan de catar los productos de la tierra y de la morriña que se tenga.
No
es que sea muy típico de la zona, pero entra muy bien ahora que está empezando
a enfriar el tiempo.
Besos
para ellas y abrazos para ellos.