¡Madre mía! Esta semana está siendo de locura, así que me he retrasado mucho con las entradas. Me queda poco tiempo así que voy a tratar de resumir lo que fuimos haciendo esta semana. Si pretendo contar todo lo que quiero voy a tener que resumir bastante y no subir fotos.
El domingo estuvimos dando vueltas por Tokio, pero muchos de los sitios en los que estuvimos ya los comenté la otra vez que estuve allí. Fuimos en primer lugar a Asakusa, pero de este templo ya hablé en otra entrada. Allí nos encontramos con una tienda que no había visto antes. Para los seguidores de Miyazaki, en Asakusa hay una tienda dedicada a regalos de sus películas.
Después nos acercamos a Ginza, donde estuvimos en la tienda Apple y en el edificio Sony. Que sepáis que ahora (por lo menos yo no la había visto hasta ahora) va a salir una cámara que cuando sonríes te saca una foto. Como nos partimos de risa delante de la pantalla a la que tenían conectada la cámara cuando nos dimos cuenta de lo que pasaba, nos sacó un montón de fotos en un minuto. Además, en Ginza, se nos acercaron dos chicas que se quisieron hacer una foto con nosotros. Fue bastante curioso, porque estábamos parados en el medio de la calle y cuando me di cuenta, una de ellas estaba detrás de nosotros y la otra con la cámara para robar una foto, así que les dijimos que si querían que les sacáramos una sin robar. Cogí la cámara y les saqué una foto con Carlos, ya se ve quién triunfa por aquí.
Después nos fuimos caminando hasta la explanada en frente del palacio Imperial y de allí hasta el parque Yoyogi (en tren), que estaba mucho más animado que cuando yo fui hace un mes, que ya es decir. Aparte de las chicas de cosplay que estaban en Jinguu-Bashi, había un grupo de rockabilly bailando en medio de la entrada del parque, tenían allí mismo aparcadas las motos. Al lado estaba un grupo bailando canciones de Elvis, al estilo Grease. Gente jugando al bádminton, al disco, la pelota... También había grupos de música, tambores africanos, instrumentos tradicionales japoneses, claqué... Lo que me gusta de este parque es el buen ambiente que se respira. Todo el mundo está a su aire, haciendo lo que más le gusta y si quieres puedes parar a mirarlos y sacarles fotos, no parece importarles.
Desde Yoyogi nos fuimos dando un paseo por Harajuku hasta Shibuya, donde Carlos se deleitó en uno de los sitios que tenía marcado en su plano mental de cosas imprescindibles para hacer en Japón.
Después de esto, nos fuimos hasta el hotel para coger las cosas y venir a Nagano, donde llegamos sobre las once de la noche, con lo que tuvimos que coger un taxi para llegar a mi habitación. Nos calcó más de 1500 yenes por un trayecto que en autobús se hace por 100, pero qué se le va a hacer, no había otra opción.
Ya sé que esta entrada queda un poco sosa sin fotos, pero si me paro a subirlas, no escribiré todo lo que quería. Además, de los sitios que comento aquí, ya he puesto imágenes, así que no hace demasiada falta.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
Ese Charlie oee!! Aqui se ve quien manda desde el principio.
ResponderEliminarVaya entrada mas sosa, y ademas sin fotos, no pienso volver a entrar mas en el blog
Adios
No tengas cara y cuenta toda la historia de las coreanas chaval, que aqui si caemos, caemos todos. hehehehe
ResponderEliminarY si, las chicas del cosplay de yoyogi estaban muy simpaticas.
Vaya bien que os lo pasais. je, je...
ResponderEliminarUn besin.