El verano pasado tuve que hacer papeleo en Tokio y
también hice una visita a Osaka, así que aproveché para conocer las vecinas
pequeñas de las dos grandes urbes de Japón.
Muchas veces me hace gracia porque dicen que Sendai es
una pequeña ciudad rural, pero tiene una población de un millón de habitantes,
que es el total de la población de Asturias. Las que llamé “vecinas pequeñas”
de Tokio y Osaka son Yokohama, con 3.7 millones, y Kobe, con 1.5 millones de
habitantes, respectivamente. Tras ver estas cifras, uno entiende por qué dicen
que Sendai es rural. Al final, todo depende del punto de referencia.
Yokohama queda al sur de Tokio, en la misma bahía, y
es uno de los mayores puertos de Japón. Éste se abrió en 1859, época en la que Japón
todavía estaba cerrado al exterior y sólo existían unos pocos puntos de entrada,
así que Yokohama se convirtió en la base del comercio con el exterior. Actualmente
es la ciudad más grande Japón, si no se considera Tokio como tal (a veces se
considera como un conjunto de 23 distritos o municipios).
Uno de los puntos más emblemáticos es la Yokohama Landmark Tower, que con sus 296
metros de altura fue el edificio más alto de Japón durante más de 20 años,
hasta 2014.
Aunque el ascensor no es barato, se puede subir hasta una
planta de observación a 273 metros de altura, desde donde se tiene una buena
vista de la ciudad y el paseo marítimo.
El paseo por la zona de la izquierda que se ve en la
segunda foto merece la pena, al menos si hace buen tiempo.
La otra parte más conocida de Yokohama es el Barrio Chino,
que nació y creció gracias al comercio con el exterior que comenté antes.
Dejando el barrio chino, caminando hacia el sur, se
encuentra la zona de Motomachi, un
barrio con un aire muy europeo (una sensación que tuve en general durante toda
la visita a Yokohama, exceptuando la parte del Barrio Chino).
Este último edificio me trajo a la memoria alguno de
los pocos buenos recuerdos que tengo de Inglaterra.
Poco más adelante, estuve en Osaka y aproveché a
visitar Kobe. En este caso no estuve mucho tiempo pero tengo que decir que
tampoco me llamó mucho la atención, así que no creo que me perdiera mucho.
Yokohama y Kobe tienen ciertas cosas parecidas. Las
dos son puertos de mar situados cerca de grandes ciudades, las dos tienen
paseos marítimos,
las dos tienen barrios chinos,
y las dos tienen un barrio llamado Motomachi,
Kobe es mundialmente famosa por dos razones. La primera
es por la carne.
Como tiene un precio prohibitivo, lo más que pude
hacer fue comerla en un puesto en la calle. Espero que fuera de la de verdad. Al
menos estaba bastante buena, que no es decir poco.
La segunda razón por la que Kobe es famosa es por el
terremoto de 1995.
Siempre está bien dejar algo para el recuerdo por muy
doloroso que sea. Cuando estuve
en el Museo de Historia Natural de Londres hice el comentario de que la
simulación del terremoto de Kobe me pareció sosa. Ahora, tras sentir muchos
terremotos, y haber estado allí, me arrepiento de ese comentario. No he vivido
un terremoto tan destructivo como el de Kobe, pero sí las réplicas del de Tohoku
de 2011 y algunas de ellas fueron muy fuertes. Lo que se siente no tiene
nada de soso.
El título de la entrada es sobre las hermanas pequeñas
de las grandes ciudades de Japón, y en tamaño lo son, pero lo cierto es que
ambas tienen su propia historia, como todos los hermanos pequeños.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
¡Buenas!
ResponderEliminarSi vas haciendo entradas con viajes de dos en dos te pones al día en... dos o tres meses, jeje.
Por un momento había dudado de que no aprovecharas la ocasión de comer buey de Kobe, en Kobe. Pero no nos defraudas nunca. Ahí está la tapita de rigor.
Esta vez te has desquitado y nos has regalado un montón de fotos.
El barco, ¿es alguno conocido?
Muy chulo todo de verdad.
En cuanto a lo del terremoto, creo que está bien que dejen cosas como quedaron tras el desastre. Es importante recordar. En Sicilia, concretamente en Messina, construyeron encima de los escombros a los que fue reducida la ciudad. Todo menos una iglesia románica junto al mar que fue lo único que resistió. Entonces se subía con alguna escalera y ahora se bajan dos metros de escalones.
Un abrazo y por la siguiente.
¡Ay, Albertico! ya pensé que te habías cansado de nosotros.
ResponderEliminarMuy bonitas las fotos, como siempre.
Esto de los terremotos me pone los pelos de punta. Aquí en Huesca se notaron dos, que yo recuerde (Joan no se acordará porque en uno era un bebé y cuando el otro no tenía más de 5 años) y aun siendo de los flojetes y breves, de los que sólo piensas "¡uy!, ¿qué ha sido eso?", te queda una corri-corri por dentro...
Besicos faticos para tí.
Jorge y Sara
Por qué todos parecen tener experiencias con terremotos menos yo? :(
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