Lo malo de vivir cerca de Londres es que para ir a cualquier otro sitio de Inglaterra hay que recorrer una larga distancia y además en el sentido del tráfico que sale de la capital, así que suele haber bastantes atascos. De manera que, ese viernes, eché unas cinco horas en llegar al albergue.
Algo curioso que me pasó al entrar en Gales por carretera es que es parecido a cuando se entra en el País Vasco, ya que todos los carteles están, además de en inglés, en galés (que no es lo mismo que el gaélico), que es un idioma completamente diferente al inglés, como pasa con el vasco y el castellano.
Al día siguiente me levanté temprano para poder contemplar lo que apenas había visto el día anterior al llegar de noche: montañas. Y es que no es fácil ver montañas en Inglaterra, y es una de las cosas que más echo de menos en este país, teniendo en cuenta mi origen asturiano. Una de las cosas que me suelen pasar aquí y que no termino de acostumbrarme todavía, es a una especie de claustrofobia extendida. No he encontrado el término médico así que me lo he inventado, pero consiste en que en este país no hay manera de ver paisaje, porque es totalmente llano y cuando hay un poco de elevación, hay árboles que impiden ver más allá de 50 metros. Además, muchas carreteras secundarias están rodeadas de setos o terraplenes para no poder entrar en las fincas, con lo cual tampoco se ve nada. El caso es que llega un momento en el que siento una sensación de agobio. De manera que cuando vi las montañas del norte de Gales casi se me salta una pequeña lágrima. En general, esta zona se parece mucho a la zona oeste de Asturias, con montañas bajas no demasiado abruptas (comparo con Asturias porque es lo que conozco, siento el comentario chovinista).
En realidad, el objetivo principal de levantarme temprano aquel día era para poder subir el Snowdon, el pico más alto de Gales con… 1085 m de altitud. No es gran cosa, pero es la primera vez que puedo decir que he subido el pico más alto de un país. Desde Pen-y-Pass salen las tres rutas más conocidas para subir andando al pico: Miners’ Track, Pyg Track y Crib Goch Track. Yo decidí subir por la última de ellas, que comienza por el mismo sitio que la Pyg pero llegado un punto se desvía para subir el Crib Goch e ir cresteando hasta enlazar de nuevo con la Pyg Track y la Miners’ Track poco antes de la cima. Luego bajé por la Miners’ Track, ya que la Pyg Track va a media altura entre la Miners’ y la Crib Goch. Como esto es un lío de nombres, os pongo un mapa orientativo que había en un panel.
Aquí se muestra la Pyg Track. La Miners’ Track va por el fondo, rodeando los lagos que se ven, y la Crib Goch Track, por las crestas de la derecha. Todas las sendas se unen más o menos en el punto que pone Bwich Glas, aunque no creo que se llame así realmente.
Por cierto, desde cerca de Pen-y-Pass, en concreto desde Llanberis, sale la ruta más fácil de todas, pero de esta hablaré más adelante.
Antes de comenzar con la subida, comentar que Miners’ Track viene de que se usaba para subir a las minas de cobre que había cerca de los lagos. El nombre de Pyg Track no se sabe muy bien de donde viene, pero se supone que se usaba para llevar pyg, alquitrán negro, a las minas de cobre.
Por último, decir que, por si alguien está interesado en subir, la Crib Goch Track no es apta para ir con niños o para personas que no les guste escalar un poco, ya que hay pasos un poco difíciles. No es que haya que hacer escalada libre, pero en algunos puntos pasa de algo más que gatear. Y, sobre todo, creo que no se debe tomar esta ruta si ha llovido y el suelo está húmedo, porque la piedra es bastante resbaladiza. Yo tuve suerte y, aunque el día anterior me llovió por el camino y ese día estaba nublado, estaba bastante bien para pasar y relativamente despejado para hacer fotos. Es una suerte que me decidiera a hacer esta ruta porque, como pondré más abajo, la cima estaba totalmente cubierta de nubes y no pude ver nada desde ella. De todas maneras, en algunos puntos sí que había mucho viento, lógico por otra parte, por ir cresteando, lo cual hacía que el caminar fuera un poco incómodo y, en algunos puntos, algo inseguro.
Voy a empezar con una serie de fotos y pocos comentarios, que tampoco hacen falta por la belleza del paisaje.
Aquí es donde comienza el camino, con el Crib Goch de fondo (o eso creo, ya que al no llevar un mapa como es debido me tenía que guiar por lo que os puse más arriba y la intuición).
Esta es una mirada al norte, en la que, con un poco de imaginación, se puede ver el mar al fondo, con los lagos Peris y Padarn en primer plano.
Y esta es una mirada hacia el albergue (la construcción que se ve siguiendo la carretera en la parte de abajo en la foto).
El siguiente es el lago Llydaw, el grande del plano de antes. Por cierto, aquí me llamó la atención que usaran las escaleras de madera que se ven en esta foto para salvar los cercados de los animales. No sólo me pareció curioso porque en España no se ven este tipo de pasos, si no que en el único sitio que los vi fue en el blog de Joan en Reunión.
Y aquí, aunque yo no lo sabía en ese momento, os pongo una foto del Snowdon, tapado por las nubes que no se quitaron en toda la jornada.
Al ir llegando a la intersección con las otras rutas, además de meterme en la niebla, fui escuchando la ruta más sencilla que hay. Sí, así es, escuchando, y viendo la siguiente imagen me podréis entender.
Un tren de cremallera emergiendo de la niebla acercándose a la cima. La verdad es que, a pesar de que ya lo sabía, me resultó bastante chocante encontrarme con esto después de algo más de dos horas caminando por algunos sitios bastante escarpados y pronunciadas pendientes. En realidad no es que me moleste demasiado que la gente pueda subir en tren, ya que si no, algunos no podrían hacerlo de otra manera. Lo que no puedo entender es lo siguiente.
No se ve demasiado bien, pero os puedo decir que se trata de una cafetería a 50 metros de la cumbre. Esto sí que me fastidió bastante, que alguien se estuviera haciendo la foto en la cumbre a mi lado con un café en la mano (literalmente). Bueno, supongo que forma parte de la cultura anglosajona, ya que me he encontrado cafeterías en el interior de iglesias y catedrales así como en los puntos más al oeste y más al sur de Inglaterra. Además, aquí les encanta lo de pasearse con un café en un vaso de papel por la calle, por lo que la cima del Snowdon no iba a ser menos.
Cuando me puse a escribir esta entrada no tenía muy claro cuál iba a ser el título, porque podía haber sido “subió a una colina pero bajó de una montaña” por los paisajes y por la dureza del trayecto a pesar de que no es demasiado largo (la ascensión me llevó en total dos horas y media sin estar habituado a caminar por el monte últimamente). Pero por culpa de esta cafetería, he tenido que dejar el título como está. Es casi tan curioso y divertido como la película de Hugh Grant.
A todo esto, aquí pongo una imagen de la cima rodeada por la niebla.
Como ya dije, la bajada la hice por la Miners’ Track, que comienza compartiendo camino con la Pyg Track. Como esta ruta va por el fondo del valle, la subida final es muy pronunciada, así que fui encontrándome con mucha gente que iba descansando cada poco. Aquí os pongo una imagen del comienzo de la bajada, con los lagos Glaslyn (el primero) y Llydaw (el segundo).
Después de la primera bajada, el camino se vuelve muy sencillo, tan sencillo que te puedes cruzar con todo tipo de gente. Incluso vi un grupo de chicas que iban con esos zapatos que llaman princesitas, creo. No sé, llamadme purista, engreído o lo que queráis, pero creo que a la montaña se le debe de tener un respeto por muy fácil que sea una ruta, así que por lo menos se ha de ir con un calzado un poco más apropiado y una actitud diferente que cuando se va de compras por la ciudad (me pareció ver a alguna chica con un bolso y todo). Desde luego fue una suerte que me decidiera a subir por donde lo hice, porque por lo menos me ahorré ver todo este espectáculo durante la ascensión.
Continuaré con mi ruta, aunque ya queda poco. Durante la bajada por la Miners’ Track se pueden ver algunas de las escombreras de las antiguas minas así como lo que parece un viejo cargadero. Aquí os pongo una imagen de una bocamina que, con la cascada que tenía al lado, tiene un toque bastante romántico (en el sentido menos empalagoso de la palabra).
Del resto del camino no merece la pena poner más fotos, ya que no quedan tan bien como las anteriores porque se va por el fondo del valle y las cumbres estaban tapadas por la niebla. De esta manera, volví antes de comer al punto de partida, así que aún me quedaba toda la tarde por delante para hacer cosas. Me di una ducha en el albergue y me fui a dar una vuelta por la zona con el coche, pero esto creo que lo dejaré para otra entrada, porque se me hace un poco tarde y porque esto ya está quedando un poco largo.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
¡Jolines qué chulo!
ResponderEliminarEsos paisajes suaves pero a la vez abruptos... Lagos al alcance de cualquiera... Muy guapo.
En lo de la cafetería estoy contigo. El que quiera café en lo alto que se lo lleve de casa.
Por cierto, ¿qué es un zapato princesa?
Estoy muy poco puesto yo en moda inglesa, jajaja.
Talue
Pos mira, yo tampoco sé qué zapato es ese. Partiendo del principio de que por lo menos serán planos...
ResponderEliminar*Si llevan la correita por encima del empeine, en mi pueblo se les llama "merceditas".
*Si son de los de punta redonda que tapa sólo los dedos (¡con imaginación es como si llevasen un gran escote!), sin correita ninguna, aquí les llaman "manoletinas", pues resulta obvio su parecido con los zapatos de los toreros.
Los paisajes y las fotos muy guapas y sí, tienes derecho a rebajar de categoría a la montaña si se puede subir a echar un café así como así.
Besicos faticos.
¡Por fin tengo tiempo para añadir algo!
ResponderEliminarEl domingo estuvo aquí Bertopadre, pasamos un día muy agradable y breve con él. Le enseñé las últimas entradas del blog y anduvimos comentando las fotos de su visita.
Besicos faticos.