El miércoles por la tarde me hicieron una Welcome Party… Sí, si no era suficiente carga para mi timidez con la barbacoa del primer día, ayer me hicieron hablar de nuevo delante de toda la gente del laboratorio y esta vez con micrófono y delante del gran jefe. Os aseguro que me puse aún más nervioso que el primer día, quizás porque ya me lo suponía antes de ir y, por supuesto, no me podía escaquear. Creo que nunca hablé peor en mi vida.
Aparte del discurso, la fiesta consistió simplemente en una comida. Esta gente es de lo más amable. De hecho es tan cortés que, a veces, te hace sentir un poco mal. Uno no está acostumbrado a tanta deferencia. Decirme vosotros si en España se le haría una fiesta a un recién llegado, que no se le conoce de nada, para darle la bienvenida. En todo caso le haríamos la fiesta después de haberse marchado, para celebrarlo.
Bueno, me estoy yendo por las ramas, como siempre.
El caso es que después de la fiesta, unos compañeros me invitaron a ir con ellos a jugar a los bolos, pero de los americanos, que por aquí no juegan a la cuatreada. Así que allí me fui con ellos a un centro de ocio enorme. Tenía una planta para cada cosa, a saber: bolos, karaoke, máquinas tragaperras y deportes. Menos mal que estoy en una ciudad pequeña, porque si llego a vivir en Tokio, no me puedo imaginar cómo serán sus centros de ocio.
Empezamos a jugar entre risas y confusiones de traducción japo-anglo-ñol. Sobre todo se reían de lo malo que yo era jugando, me conformo con pensar que se hubieran reído mucho más si hubiéramos ido al karaoke. En un par de ocasiones, los encargados de la bolera paraban la música y decían que había que parar el juego. Entonces al que le tocara tirar lo tenía que hacer a la vez que el resto de los grupos. Si hacía un strike, entonces le daban un regalo y le hacían una foto. En nuestro grupo hubo un chico que lo consiguió. A ver si adivináis quién de los siguientes fue el que lo hizo:
En fin, así es cómo se las gastan jugando a los bolos por aquí.
Si algún día voy al karaoke, no me puedo ni imaginar qué le harán al que mejor cante. Por suerte no seré yo.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
No está mal, vas a fiesta de bienvenida por semana. Ahora piensa que dos o tres mas de bienvenida y luego ya empezarán con las de despedida.... Además de para comer, te va a servir para quitar el miedo escénico. De esta ya te vas a poder meter política e ir dando mítines....
ResponderEliminarMuy bonito lo de los bolos, menos mal que no ganaste tu, porque a ver como pasabas el control de aeropuerto con ese traje tan bonito.
Que bonito, que amables, que buena gente, que vergüenza te hacen pasar.
ResponderEliminarQue ganas de que vayas por fin al karaoke y nos cuentes la experiencia de cantar delante de la gente y encima en japones!
Un abrazo sempai
Que bueno lo de los bolos. Hay que reconocer que son frikis! Vete haciéndote a la idea que vas a pasar por las diferentes plantas del centro de ocio y del karaoke no te vas a librar!!!! Quien te verá cantando! Ni Bisbal!!!
ResponderEliminarBesos!
Y yo que creía que los yankis eran el colmo del horterismo, veo que tienen buenos alumnos en los japoneses, menos mal que no eres muy bueno con los bolos, te imagino "disfrazao" de bolo, como en el castillo de Takeshi, jiji, seguro que te quedaría de lujo.
ResponderEliminarUn saludo y un besazo
Bueno, bueno, bueno, bueno... yo también me quedo sin palabras. Im-presionante. Estos nipones son iguales que los de "humor amarillo". Clavaditos.
ResponderEliminarLa verdad es que tambien tengo curiosidad por saber como será el karaoke.
Un beso
Primo!!!
ResponderEliminarSólo una cosa: POR FAVOR grábate cantando cuando vayas al karaoke (que de esa no te libra ni dios).
:)