La colección del museo se fue completando durante los siguientes siglos, principalmente durante la época georgiana (1714-1830). Como esta fue una época colonial británica, los grandes tesoros del museo son los obtenidos en tierras colonizadas con lo cual algunos podrían decir que son robados y algunas piezas han sido reclamadas por los distintos gobiernos de los países que obtuvieron su independencia. La defensa que siempre se hace a favor de seguir reteniendo las piezas es porque se pueden conservar mucho mejor aquí que en otros sitios. La polémica está servida.
Una de las aportaciones más modernas a la estructura del museo es la bóveda interior que tapa el patio principal, diseñada por Norman Foster en 2000, cómo no podía ser de otra manera, otra contribución de uno de los arquitectos omnipresentes en Londres.
Uno de los tesoros más renombrados que se guardan en el museo es la Piedra Rosetta, la cual se utilizó para descifrar los jeroglíficos egipcios gracias a que tiene un texto escrito con este alfabeto y repetido en otros dos conocidos.
Una de las polémicas más agrias es sobre las esculturas del Partenón de Atenas que se compraron entre 1799 y 1803 cuando Grecia pertenecía al imperio Otomano. Las autoridades griegas siguen intentando recuperar las esculturas, pero me da que no lo van a conseguir.
Otras cosas que me llamaron la atención fueron las siguientes. Una estatua de la Isla de Pascua.
La siguiente es la Piedra de Olduvai, una piedra usada para cortar y trocear y que es el objeto hecho por el hombre más antiguo del museo y uno de los más antiguos del Mundo con 1.8 millones de años, vamos, anteayer.
Volviendo con el tema de Egipto, impresiona ver la estatua de Ramses II dominando la sala dedicada a las esculturas egipcias, más que nada por su excelente estado de conservación.
Y por supuesto, están las estrellas del museo, las famosas momias. En este caso os muestro la momia y el sarcófago doble de Hornedjitef, un predicador que vivió en el Egipto dominado por los griegos hacia el siglo III a.C.
Pero no sólo momificaban personas sino que también lo hacían con sus mascotas, incluyendo gatos monos o cocodrilos.
Otra de las cosas que me hubiera gustado ver en el museo hubiera sido la famosa obra de la Gran Ola del artista japonés Hokusai que se exhibe habitualmente pero que precisamente estaba fuera de exposición. Me interesaba porque cuando estuve por primera vez en Japón fui a un pueblo cerca de Nagano, Obuse, que fue donde se retiró Hokusai hasta su muerte y visité un museo dedicado a este artista de ukiyo-e, pero de esto ya hablé hace algún tiempo.
Después de salir del museo me di una vuelta por el centro de Londres, pero no fue esta la última vez que fui por allí. Eso fue este fin de semana, el sábado en concreto. Como no sabía muy bien qué hacer, decidí acercarme otra vez por el centro para ir despidiéndome. Tal vez algún día tenga tiempo para colgar una entrada con lo que para mí podría ser una buena ruta para conocer Londres en dos días. El caso es que el sábado era el día de St George, una de las festividades más importantes de Inglaterra y la gente sale a la calle con banderas de Inglaterra e incluso con la cara y el cuerpo pintados. Pasé por delante de un par de pubs y se ve que la fiesta termina con la gente cantando algo que resultaba totalmente ininteligible para mí, lo cual no sé si era por mi mal inglés o por la borrachera que llevaban. Aquí os pongo una panorámica de la Trafalgar Square donde había una buena fiesta con música en directo y todo.
Como no podía ser menos, me voy a hacer eco del acontecimiento más importante en Inglaterra en los últimos tiempos, la boda de Wills & Kate. De esto ya hablé un poco en otra entrada, pero aquí me gustaría poner una imagen.
Esta foto está tomada al lado de la abadía de Westminster, donde se casará la bonita pareja (por cierto, me enteré de que se conocieron en sus tiempos de la universidad en St Andrews en la que estuve hace poco). Esta plaza me lleva llamando la atención desde hace mucho tiempo ya que, como se puede ver en la foto, está tomada por activistas pacifistas protestando contra las distintas guerras en las que está metido el Reino Unido. No sé cuánto tiempo llevan, aunque no recuerdo haberlos visto en mi primera visita allá por septiembre de 2009, pero después siempre que he vuelto a pasar por la plaza, allí estaban. Al principio tenían tomada toda la plaza, acampados en el césped, pero se pusieron en obras, supongo que con intención de echarlos y se tuvieron que mover a la acera donde los veis ahora. Cuento todo esto porque me imagino que esto quedará mal para las fotos de la boda. No sé si los novios pasarán por aquí, pero me pregunto si los echarán amablemente de allí unos días.
Por último, me acerqué al primer pub donde entré en Londres hace ya algún tiempo. Se llama The Old Shades. La verdad es que ahora no me acuerdo de si comenté algo sobre este pub o no. En los pub ingleses normalmente hay que ir a la barra a pedir lo que se quiere tomar. Si además de bebida se quiere tomar algo para comer, hay que decir dónde se está sentado para que puedan llevar la comida a la mesa. Si el pub es pequeño esto se puede hacer señalando la mesa, pero normalmente las mesas tienen un número. Sin embargo, en este pub no hay números, si no que al lado de cada mesa hay un cuadro con un retrato y hay que decir el nombre del personaje en cuestión. Una forma original, aunque un poco confusa, de organizarse. Aquí podéis ver el interior del pub.
La verdad es que me pareció que era una buena forma de despedirme de Londres cerrando el círculo tras algo más de año y medio desde la primera vez que puse el pie en esta ciudad.
Como ya dije en otras ocasiones, Londres es una ciudad que me gusta mucho, me parece que tiene muchas cosas que ofrecer a cualquier tipo de persona que se quiera acercar a ella. Y estos días me sorprendí sintiéndome un poco raro teniendo que decirle adiós. Es una sensación curiosa porque aunque yo voy allí por ocio, no me siento como un turista, me siento como alguien que está aquí y que puede ir siempre que le apetezca para pasar una tarde. Sin embargo, si algún día vuelvo a visitarla, probablemente sea como turista y creo que no será lo mismo. En fin, no podía dejaros sin otra de mis otras reflexiones sentimentaloides.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
Buenas. Londres siempre estará allí. Tienes conexión directa con Tokio, así que si algún finde no sabes qué hacer o te entra morriña... jaja
ResponderEliminarLos museos londinenses es una de las cosas que me gustaría ver algún día con tranquilidad. Entre pub y pub.
Evitaremos la boda esa como sea. Aquí hablan (al menos en A3)de ella como si fuera nuestra. Ufff.
¡Un abrazo!
Comienza la aventura.
A mí me gustaría volver a Londres a visitar los museos también. Vas a tener que hacer una excursión guiada de las tuyas con los museos!!
ResponderEliminarPor lo que oí por la tele, los activistas van a seguir ahí el día de la boda porque no pueden echarlos. Así que van a tener las mejores fotos del enlace!!
Creo que lo del pub lo pusiste ya porque me sonaba de haberlo leído, además de haber ido, jejeje.
Pasarlo bien en Escocia y teneis que poner alguna entrada!!
Besos!!
Lo del British Museum debe de ser una pasada, lo tengo pendiente jeje.
ResponderEliminarUna entrada muy bonita Sempai.
El pub de los cuadros, me trae recuerdos hasta a mí, que solo fuí dos veces...
Que lo paseies muy bien por las High Lands!
Queremos una entrada de Escocia!
Un abrazo enorme Obi!!
Comparto tu punto de vista sobre Londres, ahí hay para todos los gustos. Además, está tan a mano.
ResponderEliminarVaya, parece que el pub es famoso, ¿nos has llevado a todas los visitantes?. Tengo que decir que a mí SÍ me gustó la comida inglesa, al menos la que degusté ahí.
El British tiene material para llenar una vida de fines de semana y(como dice la ranchera) y volver, volveeer, vooolveeer...
Besicos faticos faticos pa' tí.