jueves, 20 de diciembre de 2012
...ve caer las hojas
viernes, 30 de noviembre de 2012
…vuelve a sus orígenes
domingo, 11 de noviembre de 2012
...pasa el tiempo
lunes, 15 de octubre de 2012
…sube a un cráter
lunes, 1 de octubre de 2012
...se suena los mocos
domingo, 12 de agosto de 2012
...vuelve de los aeropuertos
De la que empecé a escribir esta entrada, hablaba de que me iba a Cracovia, que no fue sede de la Eurocopa pero igualmente coincidí con grupos de españoles enfundados en sus camisetas y bufandas listos para animar a la selección. De aquella era un sueño para ellos y ahora ya se sabe el final feliz del mismo. Por otro lado, aquellos días eran muy duros con la famosa prima de Riesgo (la pongo en mayúscula porque ya es como de la familia, a pesar de que ya tengo suficientes primas) disparada, el cambio del yen al euro cada día peor, el rescate a idas y venidas y los recortes con las tijeras nuevas y bien afiladas.
Antes de irme a Cracovia, estuve tres semanas por España, una en Alicante y otras dos en Oviedo, dos semanas más de lo que creía que iba a estar hace unos meses ya que no contaba con ello. Como siempre, estuvo muy bien y, como siempre, fue un no parar entre un sitio y otro, familia, amigos, trabajo, médicos… No sé lo que hacen otros cuando se van de vacaciones unos días a sus casas pero a mí al final me dejan hecho polvo tanto física como mentalmente, esto segundo de manera especial sobre todo hacia el final, cuando hay que despedirse de nuevo, cuando uno se da cuenta de que todo lo que ha vivido durante esos días es efímero y no es su vida. Todo se vuelve real cuando hay que preparar la maleta y hay que despedirse. Uno también sabe que todo volverá a la normalidad en breve, cuando pasen unos días y vuelva a la rutina. Sin embargo, esos últimos días son muy poco agradables, no sólo por las despedidas si no también porque uno empieza a darle vueltas a las cosas. Pero esto lo voy a dejar, que bastante lo he tratado hasta ahora en otras entradas.
Una anécdota de los aeropuertos es sobre el de Pekín, donde había wifi gratuito, supongo que es cosa del comunismo, pero para lo bueno y para lo malo, ya que a pesar de estar en un aeropuerto internacional, intenté entrar en el blogspot.com y en Facebook pero no fue posible.
Ahora quiero volver bastante más atrás en el tiempo ya que me quedó una cosa muy importante por contar. Algo muy típico de la primavera en Japón, y que muchos ya conoceréis, es el 花見(hanami), que significa “ver las flores”, concretamente, se trata de ver los cerezos en flor, que realmente son un espectáculo. En la realidad, de lo que se trata es de otra excusa para beber y comer, en este caso en lonas tendidas bajo las ramas de los árboles en los parques. En el laboratorio tuvimos mala suerte ya que el día que elegimos para hacer la fiesta no se presentó muy bien, amenazando lluvia, así que nos quedamos en el campus en lugar de ir a un parque conocido de la ciudad. A continuación os pongo una panorámica del centro del campus donde están los cerezos, que a mí me parecen preciosos.
Tengo que decir que fue una pena que me coincidiera con el viaje de verano del laboratorio al que no podía renunciar para no quedar mal con el jefe de aquí, pero pude disfrutar de la compañía de uno de mis mejores amigos, lo cual es muy complicado cuando se vive a 10000 km. De esta visita tengo algunas fotos, pero como no tengo el consentimiento de la pareja (no es que no me lo hayan dado, es que no he preguntado), no puedo poner ninguna. Ellos fueron por su cuenta el viernes pasado a Matsushima, el sábado nos encontramos para cenar y salir un poco por el centro de Sendai. El domingo fuimos a Yamadera, templo en el que ya había estado en dos ocasiones y del que ya hablé. A la vuelta de ese templo paramos en Sakunami-onsen. La noche del domingo comenzaba el festival Tanabata (del que también hablé el año pasado), así que fuimos a ver los fuegos artificiales. No llevé mi cámara, así que no tengo ninguna foto. Mario, como buen profesional, con su enorme cámara y su trípode de carbono, estuvo sacando muchas fotos, pero mucho me temo que pocas le habrán quedado bien, y de ellas, sólo estará a gusto con una… je, je, lo siento colega, tenía que decirlo. Al día siguiente ellos se tenían que volver a Tokio ya que el martes se marchaban de Japón.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
sábado, 26 de mayo de 2012
…va de aeropuerto en aeropuerto
lunes, 7 de mayo de 2012
...viaja en invierno
En primer lugar, aquí os pongo una foto en la que parece que estoy disfrutando y que además parece que sé lo que estoy haciendo (al menos estoy en pie sobre la tabla).
Lo cierto es que era verdad que estaba disfrutando de lo lindo. Es fácil de empezar con el snowboard, otra cosa es continuar y hacerlo bien, sobre todo si no se tiene miedo a las caídas ni a dejarse el culo frío y dolorido de las sentadas que se dan. Además, según me dijeron, ese día las condiciones de la nieve eran muy buenas. En la siguiente imagen, aunque lo principal son los elementos que aparecen en primer plano, podéis ver un poco del paisaje que se veía desde las pistas.
Al terminar en la estación de esquí, nos reunimos con el resto del grupo en el hotel en Naruko y tomamos la cena todos juntos. Este viaje también tenía como objetivo la despedida de los estudiantes de máster que terminaban un poco más tarde, en marzo, y del otro español que estaba aquí, quien volvió también a finales de marzo para España. Como suele ser habitual aquí, la primera fiesta dio paso a la segunda o (二次会), nijikai, la cual se hizo en una habitación y consistió básicamente en beber. La verdad es que hacía tiempo que no bebía tanto. Me quedé hasta el final, momento en el que empezamos a jugar a piedra, papel o tijera, quien perdía, bebía un trago y así hasta terminar toda la bebida que se había llevado (es que el duro aún no ha llegado a Japón). Ni qué decir que acabé bastante mal. De esto hay fotos y vídeos, pero pueden atentar contra el buen gusto, así que mejor lo dejo.
Al día siguiente, el otro chico español, un japonés y yo, todavía muy perjudicado, volvimos a la estación de esquí. Mantenerme en pie sobre la tabla me costó bastante más que el día anterior, yo quiero creer que fue porque la nieve estaba mucho peor (más hielo debido al descenso de temperaturas) y no a que mi estado era un poco… digamos que precario.
Como anécdota, decir que el día anterior en el hotel me di cuenta de que había perdido el reloj y lo recuperé el segundo día, al parecer alguien lo encontró al lado de uno de los remontes. Gracias a la buena voluntad de los japoneses pude recuperarlo. Este reloj había sido un regalo de Reyes de este año en sustitución de mi anterior reloj que había perdido hace unos meses. No se lo he dicho a mi madre todavía por vergüenza, así que hoy, cuando hable con ella se lo diré para que no se entere por esta vía.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
martes, 20 de marzo de 2012
...sigue sin saber qué hacer
Hace un año supe que tenía la posibilidad de venir a Japón, finalmente me concedieron una beca con la que poder financiar mi estancia en este país. Hace un año estaba en dudas de qué hacer ya que no sabía exactamente cuál era la situación en la zona tras el terremoto y posterior tsunami. Mis dudas estaban relacionadas con si aquí podían aceptarme más que con el conocido problema de la radiación. Como bien sabéis, me decidí por venir y no me he arrepentido ni una sola vez de haberlo hecho.
Sin embargo, ¿qué hay después? Somos muchos los jóvenes y no tan jóvenes que hemos tenido que marchar con la esperanza de volver. Hay mucha tinta tanto real como virtual vertida sobre este tema pero, aún a riesgo de resultar redundante, quiero poner mi granito de arena.
El detonador de querer escribir sobre el tema es un artículo que me ha enviado mi amigo Carlos, así como unas cuantas noticias que he estado leyendo y que supongo que muchos de vosotros ya conoceréis. Pero antes de ir con ellas, aclarar que no me avergüenza decir que tengo ganas y esperanzas (porque dicen que eso es lo último que se pierde) de volver a España, y si es a Asturias, mejor. Me gustaría poder volver y transmitir lo que he aprendido en los dos países en los que he vivido. Yo considero que ese es el espíritu de las estancias postdoctorales en países diferentes al propio, conocer cómo se hacen las cosas en otros sitios para poder quedarse con lo que se considere mejor y aplicarlo una vez que se vuelve.
Digo todo esto antes de que salgan los presupuestos para 2012, previstos para finales de marzo, donde no creo que haya sorpresas y no creo que los pronósticos fallen y el recorte de más de 600 millones de euros en ciencia se desvanezca sin más. Yo no entiendo de economía, pero sí he estudiado un poco de matemáticas y las cuentas no me salen.
Para comenzar, aquí podéis ver el artículo del que hablaba en primer lugar. Nos pone a los españoles en nuestro sitio en la historia por cómo nos ha costado incorporarnos al progreso. En este artículo se da también un dato muy revelador. La I+D española, según datos de la Comunidad Europea, ocupa el puesto número 21 de 32. Hace no mucho se nos llenaba la boca creyendo que éramos la novena economía mundial, queriendo incluso entrar en el grupo del G-7. Sin embargo, tras la explosión de la burbuja económica, dejando al aire las vergüenzas del ladrillo ¿qué es lo que podemos vender al exterior? En España, en época de bonanza, se nos llena la boca diciendo que se invierte en I+D pero es una de las cosas a las que primero meten la tijera. En España se invierte un 1.39% del PIB (datos del 2010) mientras que la media europea está en el 2%, media que incluye además de a España, países como Italia, Grecia, Portugal, Polonia o Irlanda, así que uno se puede imaginar lo que deben de invertir en Alemania, Inglaterra o Francia.
Pero claro, en España la I+D tiene que arrimar el hombro como ha dicho Carmen Vela, Secretaria de Estado de Investigación (ya que no existe un ministerio que lleve el nombre de Ciencia o similar). Dice que hay que preparar el sistema para cuando lleguen los recursos… ¿de dónde? Como siempre, esperando a que nos saquen otros las castañas del fuego. Claro, vamos a recortar 600 millones de euros en investigación para que sea más fácil mantener la infraestructura. Pero lo que a uno le saca aún más de sus casillas es ver el mismo día esta noticia publicada, en la que se pretende encontrar solución para que los equipos de fútbol paguen sus deudas con la administración pública (que no otras deudas, como con los bancos a los que se les ha inyectado sumas ingentes de dinero para sanearlos): 752 millones de euros. Una noticia que apesta a una nueva condonación de deuda como al parecer ya se ha hecho hasta tres veces. Cuando puse las dos noticias una al lado de la otra, aún desde 10000 km de distancia, primero se me cayó el alma a los pies y luego me llené de indignación. Soy el primero que dio saltos cuando Iniesta marcó en la final del mundial quedándome casi afónico, pero creo que mis conocimientos de matemáticas me permiten sonrojarme al leer estas noticias cuando hago la resta de las cantidades. Y si nos comparamos con un país que empiezo a conocer mejor, aquí en Japón me han dicho que a pesar de estar saliendo todavía de la crisis consecuencia del pinchazo de la burbuja económica de los años 90, el presupuesto en ciencia no se ha recortado. De esta manera, en el grupo que estoy ahora tienen más recursos, en comparación con el tamaño, que el Instituto del Carbón donde hice la tesis. Y es que los países avanzados no recortan en I+D en tiempos de crisis, al contrario, mantienen o suben los presupuestos. Y, de paso ¿qué ocurre en Asturias? Pues esta es la respuesta, como no podía haber otra.
En España se ha gastado un dinero en formar a los investigadores que se supone tenían que llevarnos hacia adelante, gastando un dinero importante en el camino. Este artículo es un poco antiguo pero sigue más vigente ahora que nunca. A pesar de no llevar mucho tiempo fuera, me siento bastante identificado, no sólo porque la chica que lo escribe es asturiana si no porque ha encontrado un sitio donde está más a gusto a pesar de todo lo que tiene que dejar atrás cada vez que vuelve de visita. Unos padres que sufren por nosotros y amigos con los que se va perdiendo contacto, aunque por suerte en mi caso éste aún sobrevive. Todo esto lo tenemos que rellenar con amistades a veces de conveniencia o de supervivencia social. Y estoy convencido que aquel que se queda a vivir en otro país es alguien que, en la mayor parte de los casos, ha encontrado pareja allá donde esté, ya sea nativa, del mismo país de origen o de donde sea.
Y ¿qué es lo que se consigue con todo esto? Pues como se dice aquí y aquí, una generación de científicos perdida y para darle un poco de carácter internacional, también se habla de los españoles fuera, como podéis encontrar aquí. Además, yo añadiría que no se pierden sólo científicos sino que todo tipo de gente preparada que está fuera o haciendo las maletas para irse porque ha perdido la esperanza. Tal vez sean las generaciones en edad de trabajar más preparadas de la historia de España, con carreras universitarias, idiomas y experiencia. Algunos lograrán volver, otros no, pero en el tiempo que transcurra entre uno y otro, otros países se van a beneficiar de la fuerza humana que se ve obligada a emigrar.
Lo voy a dejar aquí porque podría rellenar muchas líneas de indignación comparando esta situación con la corrupción que asola nuestro país. O hablando más extensamente de la situación de la ciencia en España. Pero creo que es suficiente amargura por hoy.
Así que, como dije antes, tras un año de haber tomado la decisión de venir aquí, vuelvo a estar en la misma situación: tengo que pensar qué es lo que va a ser de mí cuando termine aquí, pero me parece que el futuro está ahora un poco más oscuro que hace un año. Y eso que, a riesgo de sonar contradictorio, aunque no soy optimista, no veo el futuro con pesimismo, siempre habrá algo en algún sitio.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
domingo, 26 de febrero de 2012
...se entiende
Una entrada parecida a esta la podéis encontrar hacia los comienzos de este blog, hace ya más de cuatro años, cuando vine a Japón por primera vez. Sin embargo, sobre temas de lenguaje y culturales, haría falta escribir mucho (bueno, hay mucho escrito pero no por mí y hay que ir rellenando entradas). Además, ahora ya tengo más experiencia que por entonces, no sólo por haber hablado con mucha más gente extranjera sino también por haber vivido yo mismo en dos países diferentes a España.
Como ya dije, y sigo afirmando, una de las cosas más difíciles de vivir en el extranjero es entenderse con la gente. Cuando estaba en Inglaterra, en principio era un poco más fácil ya que uno de los interlocutores usaba su lengua materna… bueno, la verdad es que eso a veces lo hace más complicado ya que el nativo no se suele dar cuenta de que tiene que ayudar un poco, hablando más despacio, vocalizando, con lenguaje más sencillo y menos frases hechas o giros lingüísticos.
Por otro lado, hay muchas expresiones, frases hechas o dichos que se pueden traducir casi literalmente del español al inglés y se entienden perfectamente. Supongo que, a pesar de la evidente diferencia cultural, al final somos todos europeos y las costumbres son en cierto modo parecidas. Además, el inglés tiene bastante influencia del latín, así que hay muchas palabras parecidas ¿quién no ha añadido –ator al final de una palabra en castellano para inglesizarla?
Sin embargo, entre el español y el japonés el cambio cultural es mucho más grande, por lo que no hay tantas similitudes, aunque sí que a veces se pueden traducir directamente algunas cosas, al final somos todos humanos.
Con estas cosas del idioma hay que tender mucho cuidado. Por ejemplo, siempre recordaré que hace un tiempo, cuando estudié japonés durante un curso en la Universidad de Oviedo, se hizo una especie de taller de japonés (lo siento, ahora no recuerdo el nombre exacto que le dieron) donde se daban charlas sobre cultura japonesa. Algunas de las charlas me resultaron interesantes, sin embargo, otras me resultaron, disculpando por delante la dureza de las palabras que voy a utilizar por si se hiere alguna sensibilidad, realmente vergonzosas. El problema es que el tema estaba organizado por una asociación asturianista, y claro, tenían que meter la reivindicación de la lengua, aunque fuera a calzador. No estoy en contra del asturiano, me parece que se tiene que mantener vivo, pero no creo que se deba hacer cualquier precio y cada cosa tiene su sitio.
Una de las charlas fue sobre un proyecto de diccionario japonés-asturiano. La idea podría hasta estar bien si no fuera porque la charla la daba una chica que no sabía apenas japonés. Estaban haciendo el diccionario entre ella y un japonés que había estado en Gijón, quien, al menos, sí hablaba español y algo de asturiano. No sé, tal vez me pase de listo, pero creo que si te metes en un proyecto como ese, ambas personas deberían conocer muy bien el otro idioma.
Siendo esto bastante malo, peor fue la charla que le hicieron hacer a la chica que daba las clases en la universidad: Similitudes entre el asturiano y el japonés… ya me contaréis qué similitudes pueden tener y eso sin conocer ninguno de los dos idiomas. Además, la chica estuvo unos meses en Oviedo y era la primera vez que estaba en Asturias. La única similitud que encontró, haciendo un ejercicio de imaginación extraordinario, fue la forma de terminar las frases coloquialmente, ya que muchas veces usan …yo, que se puede parecer al típico ¡ho! asturiano… en fin.
Para terminar esta entrada reivindicativa, voy a poner algún ejemplo gracioso. Uno muy típico es el de cuando te preguntan cómo se dice kanpai en español. Yo suelo traducirlo como salud, pero alguna gente dice chinchin, lo cual es peligroso porque en japonés significa pene. Por otro lado, el Manco de Lepanto tendría un problema en Japón, ya que manko significa vagina. Claro que los asturianos también tendríamos un problema cuando decimos ¡manqueme en la mano, ho! mira tú, una relación más con el asturiano.
Una de las últimas palabras graciosas que me he encontrado lleva un poco más de explicación. Me preguntaron cómo se traducía oishiso, esto viene de oishii, que es delicioso (para comida), cuando a un adjetivo se le añade so al final, normalmente quiere decir que algo parece el adjetivo en cuestión (otro ejemplo, atsui: caliente, atsuso, parece caliente). Pues bien, yo dije que una forma de decirlo sería tiene buena pinta, a lo que me dijeron, oh! That’s a slap, es decir, una bofetada. En realidad, bofetada es binta, pero bi y pi es muy parecido en japonés. Aquí queda, aunque es un poco macarra, otra similitud uniendo los tres idiomas de mi vida, te voy a pintar la cara a bintas después de tomarme unas pints.
Otra entrada sin fotos, la próxima irá con ellas si me pasan las del viaje de invierno que hicimos esta semana.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
domingo, 5 de febrero de 2012
...pasa frío
En primer lugar, hoy no voy a empezar disculpándome, creo que tengo que cambiar eso. Pero sí que me gustaría dar las gracias por lo comentarios recibidos tanto en el blog como por otras vías. La verdad, si quiero subirme un poco la moral, no hay mejor cosa que leerme todos de nuevo.
Ahora, pasemos a contar algo, que por lo visto interesa lo que puede ser la vida por aquí, al menos a falta de historias de viajes. Y como dice el título de la entrada, voy a comentar un poco el frío que hace por estas longitudes. Por ello, creo que está bien hacer una comparación entre ciudades conocidas que estén más o menos a la misma latitud, pero en diferentes puntos de los continentes o, más bien, de los océanos. Como ya sabéis, yo estoy en Sendai y a una longitud parecida se encuentran Alicante, Lisboa, San Francisco y Nueva York (esta última está un poco más al norte, pero para esta discusión me vale). Por cierto, que alguna gente me ha preguntado por la estación del año en la que estoy, si es la misma que en España, así que este comentario sobre geografía puede sacar de dudas a alguno…
A los datos, comparando en el océano Atlántico, Lisboa tiene un clima más moderado, con menos diferencia entre el verano y el invierno, sin embargo, en Nueva York se dan temperaturas un poco más altas en el verano y mucho más frías en el invierno. Si saltamos al océano Pacífico, la diferencia es casi más notable ya que en Sendai se alcanzan temperaturas medias de hasta 28 ºC (con una humedad muy alta y llegando a más de 30 ºC muchas veces) y mínimas de -3 ºC (y doy fe de que ahora está haciendo mucho más frío), mientras que en San Francisco las temperaturas son mucho más estables durante todo el año, entre 8 ºC y 21 ºC (la fuente de todos estos datos es The Weather Channel).
Con esto, ya os podéis hacer una idea del frío que estoy pasando porque aquí, tengo que decir, no se construye muy bien, al menos no los típicos bloques de apartamentos y, por lo que tengo visto, tampoco las casas individuales. Después del terremoto del 11 de marzo del año pasado, en la zona que yo vivo se han tirado varias casas y han reconstruido algunas, por lo que he podido ver cómo se construye. Según he visto, las casas apenas tienen cimientos, echan una capa de hormigón y a partir de ahí se saca una estructura de madera. Luego, las paredes no son de ladrillo, son de chapa, plástico o un material parecido, construyendo una casa en apenas 3 ó 4 meses. Yo creo que las paredes de mi apartamento no son más anchas de 10 cm. Estos días que hacía más frío, no podía casi ni abrir las ventanas porque estaban atascadas por el hielo. Además, las casas más modernas tienen sistemas para calentar las tuberías y que no se quede el agua congelada, sin embargo, una chica del trabajo tiene problemas y lleva una semana sin agua en su casa. La calefacción también brilla por su ausencia, utilizando el aire acondicionado para calentar, lo cual me lleva a decir, no sin un poco de vergüenza, que tardé mucho en saber cómo utilizar el mando del aire, porque no es lo mismo para enfriar que para calentar. Como se suele decir, el que no sabe es como el que no ve.
Para terminar, comentar lo que a mí me hace cierta gracia, pero tal vez no se la haga a nadie más. En una entrada anterior mostré mi bicicleta tras la primera nevada. Como se podía ver, el sillín tenía una pequeña capa de nieve. El problema es cuando esa nieve se congela, así que, como digo yo, después de un año, pasé de rascar todos los días el limpiaparabrisas del coche en Inglaterra a rascar el sillín por las mañanas para ir a trabajar… Por cierto, que ayer tuve mi primera caída con la bicicleta. En mi defensa (o tal vez no sea defensa sino agravante), decir que, además de que había una buena placa de hielo, digamos que estaba un tanto perjudicado tras una noche conociendo los bares de Sendai. Por si alguien está interesado y no se está partiendo de risa de mí, con mi culo congelado y la cadera magullada, decir que estoy bien, gracias.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
miércoles, 18 de enero de 2012
...vuelve a comer ramen
Alguno dirá que ya era hora, lo de volver a Japón no lo de volver a escribir. Aunque quizá tenga que cambiar un poco esta actitud y agradecer a todos los que me han instado a escribir más a menudo. Claro que todos aquellos que me lo han dicho han sido familia y buenos amigos y, como espero que me aprecien, saben contarme una mentira piadosa a tiempo. Lo cierto es que me gustaría poder escribir con más frecuencia, pero no tengo mucho sobre lo que hacerlo. Bien, supongo que será uno de esos buenos propósitos de principios de año: bajar el peso ganado con el turrón y escribir entradas en el blog más a menudo.
Sobre el viaje en sí, tal vez lo que voy a decir ahora será un poco oportunista y demagógico, pero hoy ¿o fue ayer? (cosas del cambio horario) me di cuenta de por qué es Alemania quien tira del carro en Europa. Mi viaje comenzó en Madrid desde donde fui hasta Frankfurt con Spanair. El vuelo era combinado con Lufthansa, empresa alemana con la que volé desde Frankfurt a Narita. Lo primero fue que en Barajas, en el mostrador de Spanair me dijeron que no era posible elegir el asiento del segundo vuelo. Como tenía tiempo antes de embarcar, pasé por el mostrador de Lufthansa, que ya estaba abierto, para preguntar si era posible cambiar el asiento en Frankfurt antes de subir al segundo avión. El caso es que la señora que estaba allí, con un excelente español con ligero acento alemán, me dijo que podía cambiarlo ella en el momento y que siempre les pasaba lo mismo con Spanair, que ya les habían dicho varias veces de cambiar el sistema pero que no lo hacían. Además, por la mañana temprano ya se sabía de donde iba a partir el vuelo de Frankfurt a Narita, pero no sabían cuál era la puerta del vuelo de Spanair. Por otro lado, hacía tiempo que no estaba en un vuelo tan incómodo, hasta EasyJet es mejor. Poco espacio entre asientos y, por supuesto, ni un vaso de agua que no fuera de pago. El segundo vuelo fue en un moderno Airbus 380-800, un pájaro enorme de dos pisos (mirar foto un poco más abajo) con asistentes de vuelo amables y comida y bebida abundantes. Por si alguien se decide a hacer una visita a este país, hasta ahora, de las empresas que he utilizado para viajar a Japón, la mejor es Japan Airlines, seguida de cerca por Lufthansa y KLM, con Air France a la cola y bien rezagada.
Siguiendo con el tema de la entrada, como siempre, volver a España ha sido un placer. Eso sí, estas semanas que pasé en Oviedo han sido como una montaña rusa de visitas a familia y amigos, además de un poco de trabajo (tampoco mucho, que no es bueno). A pesar de que en esta ocasión he estado bastante tiempo, siempre me pasa lo mismo, me da la sensación de que cuando termino de decir “hola” tengo que empezar a decir “adiós”.
Existe una gran diferencia con respecto a cuando estaba en Inglaterra y me iba de vacaciones desde allí. En esta ocasión, el billete de ida y vuelta tiene como origen España, es decir, a pesar de que la fecha de vuelta en mi billete es en diciembre, es toda una declaración de intenciones de regresar a “casa”. Esto da pie a una de mis reflexiones (si alguien se quiere saltar esto, está a tiempo de hacerlo). Es cierto que elegí salir de España para poder conocer otras culturas porque creí que sería una gran experiencia personal para mí, y así fue, porque creo que es muy difícil conocer una cultura sin haber vivido un tiempo en ella y convivido con la gente. Sin embargo, como ya he comentado a muchos de vosotros, mi intención es la de volver, o por lo menos quiero intentar ir acercándome a España después de esto. Me gusta la vida en Japón y me ha costado mucho menos adaptarme a ella que a la vida en Inglaterra, por muy raro que esto suene, pero no me veo viviendo aquí más allá de diciembre. Claro que nunca se sabe y el mercado laboral español no está muy boyante. De momento no sé bien lo que quiero y no sé dónde estará mi sitio, aunque sí sé dónde me gustaría que estuviese, así que tendré que seguir buscando.
Tras este párrafo nostálgico, por el que me caerán unas cuantas bofetadas y collejas virtuales, decir que espero poder exprimir lo máximo posible los once meses que me quedan por delante en este país (siempre que el jefe de aquí no me eche o que no me surja otra cosa para marchar antes). Serán duros, principalmente por el trabajo y porque no sé si podré volver a Asturias en algún punto intermedio. Sin embargo, la idea sigue siendo la misma, aprovechar la oportunidad de conocer este país y la de trabajar en un grupo como en el que estoy.
La mayor parte habrá visto el reportaje/entrevista que me hicieron en La Nueva España (aquí y aquí podéis ver algo). No me gustan mucho estas cosas, pero me pareció que podía estar bien hablar con alguien que tiene mayor difusión que la que puedo dar en este blog para poder quejarme un poco de la situación de los becarios españoles (y por supuesto asturianos) por el mundo. Sin embargo, de esto no apareció gran cosa. Me hubiera gustado el artículo antes de que fuera publicado para evitar algunos malentendidos, pero no me dieron la oportunidad. Así que aquí quiero dejar constar mis disculpas por algunas frases que, puestas por separado, dan la impresión de que voy de sobrado. Tal vez algún día explique un poco lo que hago por aquí, pero eso para cuando me quede sin cosas que contar, para no aburrir al personal. Respecto a la foto que aparece en la edición impresa, según mi prima parezco un “chulo de discoteca” y yo me inclino a estar de acuerdo con ella; estoy como para que alguien me dé de tortas con el extintor que aparece a la derecha.
Como viene siendo habitual en las últimas entradas, vuelvo a prometer lo de siempre, más fotos y cosas más interesantes y menos aburridas para la próxima entrada.
Besos y abrazos para todos.
Nota: Como dije al principio, si estáis leyendo esto es porque llegué sano y salvo, cosa que hice tras un largo viaje. Por suerte pude dormir en Narita un buen rato gracias a que encontré un banco con cuatro asientos mullidos y juntos para tumbarme, aunque menos mal que esto es Japón, porque en cualquier otro sitio me hubiera levantado, además de con dolor de cuello, sin maleta y sin cartera.