sábado, 12 de marzo de 2011

...cuenta una batallita

Hoy debería comentar algo sobre el terremoto de hoy en Japón, pero volveré sobre el tema en la siguiente entrada. De momento voy a dejar eso aparcado, tan solo un momento de recuerdo a todas las víctimas, y voy a colgar lo que ya tenía escrito sobre el fin de semana pasado. Así que aquí va.

Este fin de semana volví a hacer una de mis salidas de un día. En esta ocasión decidí ir hacia el sur, uno podría decir que en busca del buen tiempo, pero me temo que no fue así. De todas maneras, tampoco me puedo quejar porque no llovió e incluso llegó a despejar el cielo en algún momento de la tarde.

El primer destino que decidí fue Battle, un pequeño pueblo que queda al sureste de Londres, cerca de Hastings que está en la costa. Aquí es donde tuvo lugar la famosa batalla de Hastings, la cual está considerada la batalla más importante en la historia de Inglaterra, clave en su desarrollo posterior. En esta batalla se enfrentaron los normandos de William el Conquistador provenientes del norte de Francia aunque originarios de Noruega, y los anglosajones de Harold. Tras la muerte de Edward el Confesor sin descendencia, el trono pasó a Harold, su cuñado y conde de Wessex. Sin embargo, William, primo del difunto rey, reclamaba el trono porque, a pesar de ser hijo bastardo, decía que Edward se lo había prometido y contaba con el apoyo del Papa; ya se sabe, la iglesia metiendo baza donde puede.

El 14 de octubre de 1066, los ejércitos de ambos pretendientes se enfrentaron en una batalla que decidiría el futuro de la nación. Como en toda guerra, unos son los malos y otros son los buenos, pero el rol de cada bando lo decide quien gana o quien cuenta la historia. Tal y como lo relatan en las audioguías que dan con la entrada al recinto, los anglosajones eran los valerosos que se enfrentaban a un temible ejército, aguantando valerosamente los duros ataques de la caballería normanda, aunque finalmente sucumbieron y, según la leyenda, Harold cayó muerto por una flecha que hizo diana en su ojo. Así, William no encontró apenas resistencia para ser coronado rey de Inglaterra en la abadía de Westminster. El nuevo rey mandó construir una abadía en el lugar donde tuvo lugar la batalla y el altar de la iglesia se hizo coincidir donde Harold cayó muerto.

Hasta aquí el rollazo histórico, ahora unas cuantas fotos. Lo primero que se ve al llegar es la entrada a la abadía, que fue reconstruida en 1338.

Lo primero que hice fue dar una vuelta por el campo de batalla. La siguiente panorámica muestra el mismo tal y como se ve en la actualidad.

A la izquierda de la imagen se ve parte de los edificios que se encuentran actualmente en el emplazamiento de la abadía, pero sobre esto volveré un poco más adelante.

La audioguía da una serie de explicaciones sobre la batalla, las cuales no voy a transcribir aquí ya que no las recuerdo todas y no estaría bien poner mala información de segunda mano, y también porque bastante os aburrí antes. Sin embargo, sí que voy a situar los ejércitos. En la parte baja de la colina, a la derecha de la foto, se situaron los normandos mientras que los anglosajones se hicieron fuertes en lo alto, lo cual les daba cierta ventaja a pesar del mayor potencial del ejército de William. La siguiente panorámica está tomada desde la parte de abajo, para que os hagáis una idea un poco mejor del campo y de la vista que tenía William.

El recorrido continúa por la derecha de la anterior imagen, subiendo la colina para llegar hasta las ruinas de la antigua abadía.

Esta es la parte de atrás de lo que queda de los dormitorios de los monjes, creo recordar que benedictinos. A la derecha se encuentra algo un poco más vulgar pero necesario, las letrinas. El monasterio se destruyó casi completamente cuando Enrique VIII (siempre presente en cualquier rincón de Inglaterra) disolvió las órdenes monásticas.

A continuación os pongo una imagen de la parte de debajo de los dormitorios, donde estaba la sala común de los monjes.

Y aquí podéis ver el edificio desde el otro extremo.

Más o menos desde donde está sacada esta última foto se encuentra una losa que indica donde se encontraba el altar de la iglesia de la abadía, donde, como dije antes, se supone que cayó muerto Harold.

Para terminar con este sitio, durante la rehabilitación del siglo XIII se construyó la casa del abad que, tras la disolución de los monasterios, pasó a manos privadas. Desde 1922 esta casa es un internado para niños entre 3 y 16 años.

Después de salir de aquí me dirigí al castillo de Pevensey. Este pueblo formaba parte de la confederación de los Five Ports, de la que ya hablé en otra entrada. En este caso me parece que tengo que corregirme, ya que allí dije que Hastings era el quinto puerto de esta confederación y no es así, era Pevensey, el error viene de hacer caso a las guías turísticas. Lo que pasa es que a este pueblo le pasó lo mismo que a Sandwich, la línea de costa se retiró debido a que la desembocadura del río se colmató de arena y dejó el castillo sin su acceso directo al mar.

El castillo en sí no es gran cosa tal y como está en la actualidad, pero uno puede intuir su importancia y cómo se podría ver desde el mar. A continuación os pongo una imagen de sus murallas.

Y un detalle de su entrada con el foso.

El interior se ve de la siguiente manera.

La parte donde el castillo se aproximaba al mar es justo la contraria a desde donde está tomada esta panorámica, así que yo me podría imaginar el mar en lo que ahora se ve como una extensión llana de tierra.

Con la entrada a este sitio también dan una audioguía, pero me gustaría señalar algo que me fastidia mucho cuando se visitan ciertos sitios. En este caso, una parte de la visita no estaba autorizada, la visita a la parte de los calabozos y sótanos porque estaban inundados. Yo creo que deberían rebajar el precio de la entrada en esos casos ya que no te dejan ver todo lo que se podría en otras condiciones. En este caso, a mí no me importaba demasiado, porque yo no pagué al ser socio de English Heritage y este castillo forma parte de esta sociedad, pero me sigue pareciendo injusto.

Para terminar este día me acerqué a la costa a un sitio que se llama Beachy Head, unos acantilados blancos de hasta 173 metros de altura. Una pena no ser mejor fotógrafo para poder captar mejor la espectacularidad de estos acantilados y poderos enseñar como es debido este sitio.

A continuación os pongo una imagen un poco general, donde se ve cómo son estos acantilados que se extienden por la costa sur de Inglaterra, cosa que comprobé ya que en Dover eran del mismo tipo.

El terreno se va aproximando suavemente hasta llegar a la costa donde cae hacia el mar, en muchos casos verticalmente. Para muestra, aquí tenéis una imagen con el faro, donde las paredes aparecen un poco más verticales.

Y para rematar, os pongo la siguiente foto, donde el acantilado es totalmente vertical.

Para haceros una idea de la altura, los dos puntos que se ven encima del acantilado del medio son dos personas. Desde luego que tener un traspié aquí no es lo más recomendable, y para muestra un botón.

Sí, un coche caído en el acantilado. De todas maneras, supongo que no estaría ocupado porque si no, lo hubieran retirado como prueba forense (creo que veo demasiadas series policíacas) y además no hay una carretera que pase al lado del acantilado, así que no fue un accidente. No me parece el mejor sitio para deshacerse de un coche.

Por último, os pongo las casas con las mejores vistas de la zona.

¿Qué pensarán los de protección de costas acerca de este desarrollo urbanístico?

Después de darme un paseo por este sitio, arrimándome al borde todo lo que podía, volví a Guildford. Lo malo es que al día siguiente fui a una tienda de postales aquí y vi que salía esta zona pero con una foto desde la parte de abajo, desde Seven Sisters (¿para siete novios?), sitio por el que pasé con el coche, pero no sabía que se podía pasear por la base de los acantilados. Una pena.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

5 comentarios:

  1. Yo me enteré de lo del terremoto justo después de escribirte. La naturaleza supera la ficción.

    Lo primero: decir que las notas históricas no son aburridas. Yo estoy aprendiendo más historia desde que tú la explicas de lo que nunca he sabido.

    La excursión es de las que me gustan. La foto ¿cuadrada? del acantilado con el faro abajo y el cielo nublado es espectacular. Un formato más vertical con algo más de cielo, tal vez, y sólo tal vez le darían más fuerza. Pero esto te lo dirá mejor Mario. Bueno, esa foto merece ampliación.

    ¡¡¡Un abrazo muy fuerte!!!
    Talue

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  2. Hay que ver cómo mamá Tierra se sacude las pulgas últimamente. Llevamos unos años la mar de movidos (no es un chiste). Para tomar conciencia de nuestra pequeñez.

    Aunque algunas cosas del tipo "aquí murió el rey XXL", sea más bien un acto de fé, las notas históricas, lejos de ser un rollo están muy bien para ponerte en situación. Si no seríamos capaces de decir aquello de "¡Que ruinas más bonitas hacían los romanos... digo los normandos".
    Las fotos muy chulas, como siempre.

    Besicos faticos a porrillo para él... y los demás visitantes del blog.

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  3. Vaya pena lo de Japón. Las imágenes son impresionantes.

    Estoy de acuerdo con Joan y Jorge y Sara: las notas históricas no son aburridas. Así nos culturizamos un poco.

    Besos!!

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  4. Pues yo como Joan, estoy aprendiendo más por lo que pones en tu blog, que por mi paupérrima cultura histórica jeje.

    Las fotos de los acantilados impresionantes, vaya preciosidad.
    Me parece ver a Fezzyc subiendo a cargas con Viccini, Iñigo y Buttercup jeje.

    Un abrazo enorme Obi!!

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  5. hola esta bonita la foto donde que da el internado porque quiero ir unos meses

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