viernes, 24 de diciembre de 2010

...pasea por la nieve

Como habréis visto estos días en las noticias, y tal vez lo habréis sufrido también en vuestras propias carnes, hay una ola de frío que está afectando a toda Europa. Y como dicen que Inglaterra también pertenece al viejo continente, aquí también está haciendo bastante frío. Así, el viernes por la noche estuvo nevando bastante y el sábado amaneció con una buena capa de nieve. Como despejó un poco, e incluso llegó a salir un poco el Sol, me dio por ir a dar un paseo por los alrededores de Guildford.

Tengo pendiente hablar de la ciudad donde vivo, pero para ir haciendo boca os voy a poner un par de fotos bajo la nieve. La ciudad está situada a la orilla del río Wey, el cual está bastante canalizado, al menos en la parte cercana a Guildford. La siguiente es una foto de muestra de lo que digo, con las típicas barcazas que se ven por los ríos y canales de Inglaterra.

La siguiente foto es de un poco más arriba, siguiendo el curso del río.

A la izquierda de la foto, un poco más abajo hay un pequeño parque que en el verano, en los días no demasiado desagradables, suele reunirse bastante gente para hacer picnic y barbacoas.

Para terminar por el momento con Guildford, os pongo a continuación una imagen de la High Street, con el edificio del antiguo ayuntamiento o Guildhall a la izquierda (el del reloj que casi no se ve).

Como podéis ver, había bastante gente por la calle. Esto es una tónica general en las ciudades medias de Inglaterra, y no sólo porque sea justo antes de Navidades y nos asalte el espíritu consumista. La población en Inglaterra esta muy extendida ya que suelen vivir en casas adosadas, ya sea en núcleos pequeños o en urbanizaciones. En esos sitios no suele haber demasiadas tiendas por lo que la gente se agolpa en el centro de las ciudades los fines de semana. Además, aquí suele abrir casi todo los domingos, lo que supongo que será para compensar que por semana cierran como muy tarde a las 18:30 ó 19:00 dependiendo de los casos (incluso a las 17:30 o antes).

Al día siguiente, es decir, este domingo, me dio por volver a Londres, más que nada por salir un poco y no quedarme metido en la casa, además de hacer alguna foto de Londres nevado, cosa que no había visto hasta entonces.

En estos momentos no me puedo liar mucho a explicar el recorrido que hice, así que voy a dedicarme a poner fotos. La primera de ellas es de la parte de arriba del Big Ben con un poco de nieve en el tejado.

Después, camino de St James Park, me encontré con este cartel, que ya había visto la semana anterior con Joan y su madre, y que me había llamado la atención.

No sé a vosotros, pero a mí me da un poco de mal rollo.

Una de las características que más nos llama la atención a los turistas en St James Park es la cantidad de ardillas que hay. Todo el mundo acaba por intentar hacerse una foto con ellas mientras les intenta dar algún cacahuete o nueces. Por su parte, ellas casi se puede decir que posan como modelos profesionales.

Una de las imágenes del palacio de Buckingham que más me gusta es la que se puede ver desde el medio del lago de St James Park, el cual estaba helado casi por completo.

En realidad, en esta foto no se ve muy bien el palacio, pero quería que se viera mejor el estanque helado que otra cosa. Y si no os creéis que eso sea hielo, podéis preguntárselo a este cisne.

Otra prueba del frío que estaba haciendo estos días por estas tierras es esta imagen de una estatua de una de las fuentes de Trafalgar Square, con carámbanos y todo.

Imaginaros el frío que hacía que hasta parecía que los leones de la base de la columna de Nelson habían envejecido, mirar como se les puso la melena de blanca.

Para ir terminando este rápido paseo por Londres, voy a completar la ruta por la iluminación nocturna que os puse en la anterior entrada. Como ya dije, la iluminación de Oxford y Regent Street es la misma que el año pasado. La de Molton Street tampoco cambió, así que no voy a poner imagen de ella. Sin embargo, la iluminación del centro comercial Selfridges, del que hablé el año pasado, sí que cambió, aunque esta vez yo creo que a peor.

En cambio, la iluminación de Carnaby Street me gustó más este año.

Para terminar, os pongo el árbol de Navidad que hay en Covent Garden.

Este árbol se anuncia como que sus luces (en realidad sólo las rojas) se encienden con la energía de un beso. Esto queda muy bien, pero por supuesto es una falacia. El sistema consiste en que las parejas se sitúan debajo de un ramo de muérdago y tienen que coger cada uno una punta del mismo con las manos y darse un beso (el tipo depende de cada uno). El muérdago es de mentira y lo que se coge (con las manos descubiertas) son dos bornes. Al darse el beso se cierra el circuito y se encienden las luces. Luego se puede dejar un donativo. Ahora no recuerdo exactamente a qué fundación se destina, pero creo recordar que era algo relacionado con una fundación de la familia real.

Yo no tenía nadie a mano a quien besar, así que me temo que no pude encender las luces. Le iba a preguntar a la chica que estaba explicando el sistema y recogiendo los donativos si quería ayudarme, pero lo dejé pasar.

Me hubiera gustado escribir otra entrada hablando de mi viaje de regreso a casa por Navidad, pero se me hizo muy tarde y no puedo ponerme. Si no hay problema, mañana cogeré el avión a mediodía. Por suerte, vuelo desde Stansted y allí no ha habido apenas incidentes, así que espero que siga así al menos un día más. No me gustaría tener que pasar la Nochebuena en un aeropuerto inglés.

A muchos de vosotros os veré estos días de vacaciones y podré felicitaros las fiestas en persona, pero de todas maneras aprovecho a hacerlo desde aquí, así que:

Felices Fiestas y que el peor día del 2011 sea mejor que el mejor día del año que estamos dejando atrás.

Besos y abrazos para todos, cada uno que coja lo que quiera.

lunes, 20 de diciembre de 2010

...pasa a la tercera edad

Pues sí, como la mayor parte de vosotros sabéis, este fin de semana ya se ha hecho oficial: ya no puedo decir nunca más que soy un veinteañero. Hace un año celebré mi cumpleaños pasando el día en Londres. El caso es que no tenía pensado volver a pasar mi cumpleaños por estas tierras, de hecho siempre pensé que me echarían antes de pasar la primera Navidad, pero por suerte o por desgracia, aquí continúo.

De manera que celebré otra vez en Londres mi entrada en la treintena, no me importa decir mi edad ya que siempre me han echado años de más y ahora estoy realmente en la edad que creen que tengo, espero que algún día me lleguen a echar de menos. Sin embargo esta vez lo hice acompañado. Joan, a quien ya conocéis sobradamente, y su madre, Sara, tenían pensado volver por aquí para hacerme una visita y quisieron hacerlo coincidir con mi cumpleaños. Por ello esta entrada es un homenaje a ellos, por darme uno de los mejores regalos que me podrían hacer aquí, su compañía en ese día. Muchas gracias.

El sábado decidimos ir hasta Cambridge, ya que Sara ya conocía Londres bastante bien y les apetecía conocer otros sitios a parte de la capital. Como sobre esta ciudad ya hablé hace unos meses, no voy a repetirme. Sí que puedo comentar que para ir a Cambridge desde Londres en tren, lo más normal es cogerlo en la estación de King’s Cross, bien conocida por los fans de Harry Potter. Para los que no lo sepan, aunque dudo que ninguno de los que leéis esto no estéis enterados, de aquí es de donde parte el tren que lleva a los niños a la escuela de magia, concretamente del andén 9 y ¾, como podéis ver en esta foto.

En realidad, esta es una foto que tomé cuando estuvieron por aquí mis amigos en junio, ya que ahora esta zona está en obras y no queda tan bien aunque todavía se puede hacer uno la foto con el carro de Harry Potter.

Esta estación está muy cerca y conectada con St Pancras y St Pancras International, que fue el primer sitio en el que posé el pie en Inglaterra, ya que vine a la entrevista desde París en el Eurostar. La estación de St Pancras está bastante bien por fuera. La foto que os pongo a continuación es una composición de las mías, pero en este caso ha quedado bastante mal, así que tened en cuenta que está muy distorsionada.

A pesar de la distorsión se puede ver la típica construcción inglesa con ladrillo rojo a cara vista.

El domingo nos dimos un buen paseo por Londres visitando los sitios más conocidos. Como de ellos ya he ido hablando en distintas entradas, ahora no me voy a poner con todo. En su lugar os voy enseñar las luces nocturnas y de Navidad de Londres. Pero antes de comenzar, aquí os pongo a los dos turistas oscenses, ya que alguno me lo ha pedido.

Ese es uno de los leones de la base del pilar de la estatua de Nelson en Trafalgar Square.

Y ya que estamos en esta plaza, aquí está la misma por la noche con el tradicional árbol de Navidad que traen todos los años desde Oslo. De esto ya hablé el año pasado y la foto que puse es prácticamente la misma.

Desde aquí se puede llegar fácilmente a Covent Garden Market. De este sitio me gustaría hablar en otro momento, porque es uno de los que más me gustan del centro de Londres. De todas maneras, ahora os voy a poner un par de fotos, la primera de fuera.

Supongo que este será el famoso reno de Santa Claus, Rudolph. La otra imagen es de la decoración interior.

En poco tiempo se puede llegar caminando desde aquí a Picadilly Circus y subir hacia Oxford Street por Regent Street. La siguiente foto está tomada en la intersección de ambas calles, Oxford Circus.

Como se puede ver, la decoración es la misma que la del año pasado, pero este año tocó el patrocinio de la saga de películas de Las crónicas de Narnia. Este año unos niños de la organización de caridad Kids Company fueron los encargados de inaugurar la iluminación. La imagen a continuación es de Oxford Street, que es la misma que el año pasado.

Para terminar os voy a poner un par las fotos de dos de los sitios más característicos de Londres. Este es el Big Ben, o el Gran Benito como lo rebautizó Joan.

Y por último, os pongo una foto que quedó bastante decente de la catedral de St Paul, con el Millenium Bridge sobre el Támesis en primer plano.

El cumpleaños lo celebramos en una cafetería cerca de Trafalgar Square donde nos tomamos un trozo de tarta de brownie de chocolate cada uno. Sara se empeñó en poner una vela en la mía y los dos me cantaron el Cumpleaños feliz, haciéndome pasar mi momento de vergüenza. Por suerte, la cafetería era pequeña y no había muchos clientes en aquel momento. Aquí me tenéis, con la cara de pánfilo, recién estrenada mi nueva edad.

De nuevo, muchas gracias por vuestra visita en ese fin de semana.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

jueves, 9 de diciembre de 2010

...se moderniza

Bien, con esta entrada voy a lograr ponerme al día, al menos por ahora, en lo que se refiere a mis historias por Inglaterra. De lo de Reunión hablaremos más adelante, espero que sea antes de que se me olvide todo.

Lo cierto es que fue difícil ponerme al día con todo ya que desde finales de julio hasta finales de octubre no pasé ni un solo fin de semana completo en Guildford. Es decir, casi cuatro meses dando tumbos de un sitio para otro y no siempre en las mejores condiciones.

Volviendo con el tema de hoy, hace un poco más de dos semanas me dio por hacer algo el sábado, ya que hacía mucho que no salía a hacer alguna visita. Como el tiempo no acompaña mucho últimamente, decidí volver a Londres para ir completando mi recorrido por la capital. No es que me quede mucho por ver en general, pero aún me quedan bastantes sitios en los que entrar, sobre todo museos. En esta ocasión elegí el Tate Modern, es decir, el museo nacional Británico de arte moderno. Este museo forma parte de la Tate, que es la Galería Nacional de Arte Británico y Arte Moderno en Inglaterra, con cuatro sedes: Tate Britain y Tate Modern en Londres, Tate Liverpool, no hace falta decir dónde está ésta, y Tate St Ives en Cornwall. Curioso, estuve en ese pueblo en mi viaje por Cornwall y no tenía ni idea de que hubiera una Tate allí. Bueno, para ser sinceros, no es que me vaya a quitar el sueño. No es que sea un entendido en nada, pero el arte no es precisamente uno de mis puntos fuertes.

En parte fui a este muse por el edificio donde está. Os voy a poner una foto de hace más de un año, cuando vine para la entrevista de trabajo, porque es la única foto que tengo. Es increíble que no tenga otra un poco mejor para enseñaros.

Se trata de una antigua central eléctrica construida entre 1947 y 1963 situada en el South Bank, es decir, la orilla sur del Támesis, y que se dejó de utilizar en 1981. Se encuentra justo al otro lado de la catedral de St Paul, a la que se puede llegar fácilmente por el puente peatonal Millenium Bridge, terminado a mediados del 2000, que es el que se ve en la foto. En ese mismo año fue cuando se abrió al público la Tate Modern tras las obras de remodelación que comenzaron en 1996. Esto me recuerda que tengo vista otra central eléctrica parecida a esta pero algo mayor desde el tren que cojo para llegar a Londres desde Guildford. El caso es que está en obras, pero no sé a qué se va a dedicar ese edificio. Esto es una prueba más de que a los ingleses les encanta preservar todo, desde las tradiciones hasta los edificios.

Las colecciones que alberga la Tate Modern están compuestas por obras fechadas desde los primeros años del siglo XX hasta la actualidad. Como ya dije, no soy un entendido en arte, pero además el arte moderno no suele ser lo que más me llama la atención en general, aunque puedo apreciar la belleza o el sentido de ciertas obras puntuales. Aquí hay obras de muchos pintores famosos como Francis Bacon, Andy Warhol, Picasso, Dalí, Joan Miró o Matisse.

Voy a comentar un par de obras que me llamaron la atención, lo cual no quiere decir nada. La primera de ellas es una exposición temporal del artista chino Ai Weiwei, al parecer responsable del diseño artístico del famoso Nido de Beijing, el estadio olímpico de 2008. La obra estaba expuesta en la planta baja donde se encontraba la sala de turbinas.

Esta es la obra Sunflower Seeds (Semillas de Girasol). Echando un vistazo un poco más cercano se entiende de dónde viene el nombre.

Son millones de pipas hechas de porcelana y pintadas a mano. Antes se podía caminar sobre las semillas, pero debido al polvo que se levantaba, decidieron prohibirlo por temas de salud pública. La verdad es que me pareció algo impresionante que un hombre hubiera hecho todas esas semillas. Un verdadero trabajo de chinos, si me admitís el chiste fácil a la par que comentario con cierto tono xenófobo en estos tiempos que hay que ser tan precavido con el lenguaje y procurar ser políticamente correcto. El caso es que estaba muy equivocado en cuanto al origen de la obra, ya que según se podía ver en un vídeo sobre la misma, cerca de 1600 artesanos chinos trabajaron en su preparación y el artista que le pone el nombre hacía nada más que labores de supervisión. En fin, es lo de siempre, supongo que lo que importa es tener la idea y un montón de gente a la que dirigir para llevarla a cabo.

La otra obra que me llamó la atención es la siguiente.

Es la escultura Forme uniche della continuità nello spazio, del artista italiano Umberto Boccioni. Cuando la vi, me empezó a rondar la cabeza la idea de que ya la había visto en algún sitio. Al final me di cuenta de dónde era. Se trata de la cara de la moneda de 20 céntimos de euro acuñada en Italia. Como siempre, no deja de sorprenderme de cómo uno se va enterando de las cosas como por casualidad.

En general, según mi opinión muy personal, la visita a este museo está bien, de hecho es uno de los museos más visitados del mundo (supongo que influirá que ver las colecciones permanentes es gratuito), pero no es imprescindible si no se tiene mucho interés en el arte moderno o no se dispone de mucho tiempo para visitar Londres.

Después de salir del museo me di una vuelta por Londres pero volví pronto a Guildford ya que estaba bastante frío y nublado lo cual no animaba a quedarse.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

...se congela

Aquí va una entrada relacionada con el trabajo, para que después digáis que me paso el día de viaje sin rascar bola.

Estos días está haciendo bastante frío en toda Europa y aquí, aunque a veces no lo parece, también pertenecen al viejo continente. Supongo que no me puedo quejar mucho del frío que hace aquí, ya que en otros sitios de Europa o mismamente en el norte de Inglaterra o en Escocia la temperatura tiene que ser aún más baja. Sin embargo, para que os hagáis una idea, en Guildford estamos teniendo máximas de 2 ºC como mucho y mínimas de hasta -7 ºC. Hoy estuvo nevando todo el día y parece que va a seguir así al menos hasta el fin de semana. De todas maneras, no ha llegado a cuajar, así que cruzo los dedos para no tener que ponerle las cadenas al coche.

Uno de mis mayores problemas es que tengo que dejar al pequeño Todoroku en la calle, por lo que por las mañanas le cuesta bastante arrancar. Qué se le va a hacer, el pobrecillo ya ha entrado en los dos dígitos y comienza a tener sus achaques. Además, me dejo las manos del frío que paso al quitarle el hielo del limpiaparabrisas.

Pero lo que me trae por la calle de la amargura es que en la empresa no tenemos calefacción. Así es, la caldera del edificio se ha estropeado y los administradores del polígono industrial no quieren cambiarla. Se trata de un edificio muy antiguo y me parece que en un futuro no muy lejano lo quieren tirar para construir algo nuevo y poder alquilarlo por un precio mayor. La empresa no está dispuesta a comprar una caldera nueva, así que estos días nos estamos congelando, casi literalmente. Y tengo pruebas documentadas.

Esta foto la tomé ayer al mediodía. Esa mesa está justo detrás de la mía en la oficina, donde tenemos continuamente conectados dos radiadores eléctricos, pero ya veis que no hacen mucho efecto. Estos días estoy yendo a trabajar con dos camisetas, una camisa, un jersey, un forro polar y botas de montaña. Y aún así, después de estar un rato sentado delante del ordenador, me quedo tieso.

Por suerte, ayer por la tarde nos trajeron unos calefactores de aire y el asunto ha mejorado bastante. De todas maneras, como el edificio es tan viejo, no se pueden conectar muchas cosas en la misma línea eléctrica por culpa de la instalación y las ventanas son de cristal simple y tienen más rendijas que mis manos, agrietadas del frío, así que es muy difícil mantener la oficina a una temperatura medianamente agradable. Y no voy a decir nada del baño, donde no hay nada en absoluto, así que a veces más vale aguantarse…

Para que después digan que estas cosas sólo pasan en España. Por suerte, para el fin de semana dan subida de temperatura aunque empezará a llover, vamos que no sé qué prefiero. El caso es quejarse, pero va a ser un invierno muy largo.

Besos para ellas y abrazos para ellos.