domingo, 26 de febrero de 2012

...se entiende

Una entrada parecida a esta la podéis encontrar hacia los comienzos de este blog, hace ya más de cuatro años, cuando vine a Japón por primera vez. Sin embargo, sobre temas de lenguaje y culturales, haría falta escribir mucho (bueno, hay mucho escrito pero no por mí y hay que ir rellenando entradas). Además, ahora ya tengo más experiencia que por entonces, no sólo por haber hablado con mucha más gente extranjera sino también por haber vivido yo mismo en dos países diferentes a España.

Como ya dije, y sigo afirmando, una de las cosas más difíciles de vivir en el extranjero es entenderse con la gente. Cuando estaba en Inglaterra, en principio era un poco más fácil ya que uno de los interlocutores usaba su lengua materna… bueno, la verdad es que eso a veces lo hace más complicado ya que el nativo no se suele dar cuenta de que tiene que ayudar un poco, hablando más despacio, vocalizando, con lenguaje más sencillo y menos frases hechas o giros lingüísticos.

Por otro lado, hay muchas expresiones, frases hechas o dichos que se pueden traducir casi literalmente del español al inglés y se entienden perfectamente. Supongo que, a pesar de la evidente diferencia cultural, al final somos todos europeos y las costumbres son en cierto modo parecidas. Además, el inglés tiene bastante influencia del latín, así que hay muchas palabras parecidas ¿quién no ha añadido –ator al final de una palabra en castellano para inglesizarla?

Sin embargo, entre el español y el japonés el cambio cultural es mucho más grande, por lo que no hay tantas similitudes, aunque sí que a veces se pueden traducir directamente algunas cosas, al final somos todos humanos.

Con estas cosas del idioma hay que tender mucho cuidado. Por ejemplo, siempre recordaré que hace un tiempo, cuando estudié japonés durante un curso en la Universidad de Oviedo, se hizo una especie de taller de japonés (lo siento, ahora no recuerdo el nombre exacto que le dieron) donde se daban charlas sobre cultura japonesa. Algunas de las charlas me resultaron interesantes, sin embargo, otras me resultaron, disculpando por delante la dureza de las palabras que voy a utilizar por si se hiere alguna sensibilidad, realmente vergonzosas. El problema es que el tema estaba organizado por una asociación asturianista, y claro, tenían que meter la reivindicación de la lengua, aunque fuera a calzador. No estoy en contra del asturiano, me parece que se tiene que mantener vivo, pero no creo que se deba hacer cualquier precio y cada cosa tiene su sitio.

Una de las charlas fue sobre un proyecto de diccionario japonés-asturiano. La idea podría hasta estar bien si no fuera porque la charla la daba una chica que no sabía apenas japonés. Estaban haciendo el diccionario entre ella y un japonés que había estado en Gijón, quien, al menos, sí hablaba español y algo de asturiano. No sé, tal vez me pase de listo, pero creo que si te metes en un proyecto como ese, ambas personas deberían conocer muy bien el otro idioma.

Siendo esto bastante malo, peor fue la charla que le hicieron hacer a la chica que daba las clases en la universidad: Similitudes entre el asturiano y el japonés… ya me contaréis qué similitudes pueden tener y eso sin conocer ninguno de los dos idiomas. Además, la chica estuvo unos meses en Oviedo y era la primera vez que estaba en Asturias. La única similitud que encontró, haciendo un ejercicio de imaginación extraordinario, fue la forma de terminar las frases coloquialmente, ya que muchas veces usan …yo, que se puede parecer al típico ¡ho! asturiano… en fin.

Para terminar esta entrada reivindicativa, voy a poner algún ejemplo gracioso. Uno muy típico es el de cuando te preguntan cómo se dice kanpai en español. Yo suelo traducirlo como salud, pero alguna gente dice chinchin, lo cual es peligroso porque en japonés significa pene. Por otro lado, el Manco de Lepanto tendría un problema en Japón, ya que manko significa vagina. Claro que los asturianos también tendríamos un problema cuando decimos ¡manqueme en la mano, ho! mira tú, una relación más con el asturiano.

Una de las últimas palabras graciosas que me he encontrado lleva un poco más de explicación. Me preguntaron cómo se traducía oishiso, esto viene de oishii, que es delicioso (para comida), cuando a un adjetivo se le añade so al final, normalmente quiere decir que algo parece el adjetivo en cuestión (otro ejemplo, atsui: caliente, atsuso, parece caliente). Pues bien, yo dije que una forma de decirlo sería tiene buena pinta, a lo que me dijeron, oh! That’s a slap, es decir, una bofetada. En realidad, bofetada es binta, pero bi y pi es muy parecido en japonés. Aquí queda, aunque es un poco macarra, otra similitud uniendo los tres idiomas de mi vida, te voy a pintar la cara a bintas después de tomarme unas pints.

Otra entrada sin fotos, la próxima irá con ellas si me pasan las del viaje de invierno que hicimos esta semana.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

domingo, 5 de febrero de 2012

...pasa frío

En primer lugar, hoy no voy a empezar disculpándome, creo que tengo que cambiar eso. Pero sí que me gustaría dar las gracias por lo comentarios recibidos tanto en el blog como por otras vías. La verdad, si quiero subirme un poco la moral, no hay mejor cosa que leerme todos de nuevo.

Ahora, pasemos a contar algo, que por lo visto interesa lo que puede ser la vida por aquí, al menos a falta de historias de viajes. Y como dice el título de la entrada, voy a comentar un poco el frío que hace por estas longitudes. Por ello, creo que está bien hacer una comparación entre ciudades conocidas que estén más o menos a la misma latitud, pero en diferentes puntos de los continentes o, más bien, de los océanos. Como ya sabéis, yo estoy en Sendai y a una longitud parecida se encuentran Alicante, Lisboa, San Francisco y Nueva York (esta última está un poco más al norte, pero para esta discusión me vale). Por cierto, que alguna gente me ha preguntado por la estación del año en la que estoy, si es la misma que en España, así que este comentario sobre geografía puede sacar de dudas a alguno…

A los datos, comparando en el océano Atlántico, Lisboa tiene un clima más moderado, con menos diferencia entre el verano y el invierno, sin embargo, en Nueva York se dan temperaturas un poco más altas en el verano y mucho más frías en el invierno. Si saltamos al océano Pacífico, la diferencia es casi más notable ya que en Sendai se alcanzan temperaturas medias de hasta 28 ºC (con una humedad muy alta y llegando a más de 30 ºC muchas veces) y mínimas de -3 ºC (y doy fe de que ahora está haciendo mucho más frío), mientras que en San Francisco las temperaturas son mucho más estables durante todo el año, entre 8 ºC y 21 ºC (la fuente de todos estos datos es The Weather Channel).

Con esto, ya os podéis hacer una idea del frío que estoy pasando porque aquí, tengo que decir, no se construye muy bien, al menos no los típicos bloques de apartamentos y, por lo que tengo visto, tampoco las casas individuales. Después del terremoto del 11 de marzo del año pasado, en la zona que yo vivo se han tirado varias casas y han reconstruido algunas, por lo que he podido ver cómo se construye. Según he visto, las casas apenas tienen cimientos, echan una capa de hormigón y a partir de ahí se saca una estructura de madera. Luego, las paredes no son de ladrillo, son de chapa, plástico o un material parecido, construyendo una casa en apenas 3 ó 4 meses. Yo creo que las paredes de mi apartamento no son más anchas de 10 cm. Estos días que hacía más frío, no podía casi ni abrir las ventanas porque estaban atascadas por el hielo. Además, las casas más modernas tienen sistemas para calentar las tuberías y que no se quede el agua congelada, sin embargo, una chica del trabajo tiene problemas y lleva una semana sin agua en su casa. La calefacción también brilla por su ausencia, utilizando el aire acondicionado para calentar, lo cual me lleva a decir, no sin un poco de vergüenza, que tardé mucho en saber cómo utilizar el mando del aire, porque no es lo mismo para enfriar que para calentar. Como se suele decir, el que no sabe es como el que no ve.

Para terminar, comentar lo que a mí me hace cierta gracia, pero tal vez no se la haga a nadie más. En una entrada anterior mostré mi bicicleta tras la primera nevada. Como se podía ver, el sillín tenía una pequeña capa de nieve. El problema es cuando esa nieve se congela, así que, como digo yo, después de un año, pasé de rascar todos los días el limpiaparabrisas del coche en Inglaterra a rascar el sillín por las mañanas para ir a trabajar… Por cierto, que ayer tuve mi primera caída con la bicicleta. En mi defensa (o tal vez no sea defensa sino agravante), decir que, además de que había una buena placa de hielo, digamos que estaba un tanto perjudicado tras una noche conociendo los bares de Sendai. Por si alguien está interesado y no se está partiendo de risa de mí, con mi culo congelado y la cadera magullada, decir que estoy bien, gracias.

Besos para ellas y abrazos para ellos.