sábado, 26 de mayo de 2012

…va de aeropuerto en aeropuerto


Pues sí, acabo de hacer las cuentas y me sale una entrada por mes desde que ha empezado el año. Voy muy retrasado en todo, pero eso no es algo nuevo.

Hoy quería poner una entrada rápida para comentar que voy a hacer un pequeño tour no turístico en las próximas semanas. Gracias a mi jefe de aquí, este mes y medio voy a atender a tres congresos.

El primero tuvo lugar aquí mismo en Sendai. Algo interesante de este congreso fue que el mismo emperador atendió a la ceremonia de apertura. No es que el congreso fuera exageradamente importante pero me parece que coincidió con un viaje que el emperador hizo por la zona para inaugurar algo. Al parecer, desde el terremoto del año pasado el emperador se pasa de vez en cuando por la zona para animar a la gente. Aunque no tenía pensado atender a la ceremonia de apertura del congreso, finalmente decidí ir porque era una oportunidad que no se tiene todos los días. Además, no se trataba de ir a un desfile donde habría que estar esperando de pie para ver al hombre pasar durante un par de segundos. Eso sí, al final fue un verdadero peñazo. Primero tuvimos que pasar un control de seguridad, luego nos hicieron entrar en el auditorio y cerraron la puerta media hora antes de la llegada del emperador. Después pasó el hombre con su mujer, se sentaron y no abrieron el pico en toda la ceremonia, aguantando estoicamente sin dormirse durante los discursos. Aquí va una prueba de que vi directamente al emperador de Japón.


Lo sé, lo sé, la calidad deja mucho que desear. Espero que me creáis que esos dos puntos que se ven en el medio del escenario son la pareja imperial. 

Al terminar la ceremonia, se dio paso a una recepción. En realidad, eran dos recepciones, una especial donde creo que estuvo el emperador y otra donde estábamos los no especiales. Nos metieron en una sala con algo de comida y bastante bebida y no nos dejaron salir hasta que la otra recepción terminó y el emperador ya se había ido. El cóctel era un poco peligroso, cerveza, poca comida, mucha gente y sin poder ir al baño… normal que se preocuparan por la seguridad del emperador.

Pasando al siguiente congreso y enlazando con el título de la entrada, será en Alicante la semana que viene, así que este domingo saldré a mediodía de Sendai para ir a Tokio y luego al aeropuerto de Narita en tren. De allí a Pekín, Frankfurt, Madrid y finalmente Alicante. Lo cierto es que no me puedo quejar ya que el jefe me deja estar casi 15 días en Oviedo tras terminar en Alicante. Tendré que aprovechar esos días para trabajar en la presentación del siguiente congreso que será en Polonia, en Cracovia.

Como dije antes, no me puedo quejar para nada porque voy a ver mundo, a pesar de que ya he estado antes en Cracovia, además voy a ver a mi hermano en Alicante y estaré en Oviedo unos días. A ver si aprovecho las horas perdidas en los aeropuertos, aviones, trenes y/o autobuses, para escribir alguna otra entrada, que aún me queda pendiente hablar del hanami, típica fiesta de primavera en Japón donde se come debajo de los cerezos en flor. Supongo que terminaré colgando la entrada cuando sea verano, voy con una estación de retraso, como con el viaje de invierno.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

lunes, 7 de mayo de 2012

...viaja en invierno

Hace mucho tiempo que no escribo aquí, más del que me gustaría aceptar. La principal razón es por culpa del trabajo, ya que al final de un día de estar delante del ordenador o en el laboratorio, no quedan muchas fuerzas para ponerse a escribir. La otra razón fue la última entrada. Recibí comentarios en la misma y por correo que me dieron la impresión de que había enfocado mal el tema de la misma; no quería dar pena porque me considero un privilegiado. Pero bueno, mejor dejar este tema a pesar de que podría seguir escribiendo mucho sobre ello (hasta el mismo rey me ha dado razones para hacerlo), además mucha otra gente ha hablado y hablará de ello y mucho mejor que yo.

Aquí voy a volver a temas de la vida en Japón, que al final es lo que interesa. Para ello, tengo que volver muy atrás, tan atrás como el título de la entrada indica. Esto es en invierno, cuando en el laboratorio hicimos un viaje al que fuimos casi todos los miembros del mismo. Aquí suele ser bastante típico hacer un viaje de invierno y otro de verano (como ya conté hace algún tiempo). En este caso, como es fácil de deducir, voy a hablar del 冬旅行, es decir, Fuyu Ryokou o Viaje de Invierno.


El viaje fue ya en febrero. No había puesto antes una entrada porque estaba esperando por fotos para poner, pero no he conseguido otras así que tengo que conformarme con las que me han pasado hasta ahora. Por aquel entonces hacía bastante frío por estas longitudes y había bastante nieve. Para el primer día del viaje había dos opciones. Una gente fue directamente al hotel en Naruko Onsen y se dieron un baño en un onsen de la zona. Yo me decidí por la otra opción, ir a una estación de esquí en Onikoube. Mi única experiencia previa con el esquí habían sido unos días, cuatro años atrás, así que me dije ¿por qué no? La mayor parte de la gente iba a hacer snowboard por lo que yo me apunté también ya que me dijeron que no era demasiado difícil empezar. Fuera como fuera, yo quería pasar un tiempo al aire libre porque hacía mucho que no lo hacía. El día empezó un poco torcido, el tiempo no acompañaba y además tuvimos problemas en la carretera con un accidente y muchas colas. Al final llegamos al sitio, una pequeña estación de esquí y el tiempo, aunque no había cambiado mucho, nos permitió hacer unas cuantas bajadas. Como os podéis imaginar, yo no pude llevar mi cámara durante la mayor parte del día (una réflex), así que no os puedo poner ninguna foto mía. De los que sí llevaban cámara sólo uno me pasó fotos, así que serán las que pueda poner. Yo soy más de paisajes, y el que se veía desde las pistas era precioso, pero el de la cámara iba más a la gente, así que no puedo poner muchas fotos por mi propia política de privacidad (aunque siempre ponen fotos en la página web del laboratorio, así que no habrá problema).


En primer lugar, aquí os pongo una foto en la que parece que estoy disfrutando y que además parece que sé lo que estoy haciendo (al menos estoy en pie sobre la tabla).



Lo cierto es que era verdad que estaba disfrutando de lo lindo. Es fácil de empezar con el snowboard, otra cosa es continuar y hacerlo bien, sobre todo si no se tiene miedo a las caídas ni a dejarse el culo frío y dolorido de las sentadas que se dan. Además, según me dijeron, ese día las condiciones de la nieve eran muy buenas. En la siguiente imagen, aunque lo principal son los elementos que aparecen en primer plano, podéis ver un poco del paisaje que se veía desde las pistas.


En este enlace podéis ver otra imagen, aunque no tiene nada que ver con lo que yo vi. En un día despejado parece que las vistas son muy bonitas pero con las nubes bajas y el cielo cubierto, el paisaje tiene cierto encanto que no se encuentra en el otro caso.


Al terminar en la estación de esquí, nos reunimos con el resto del grupo en el hotel en Naruko y tomamos la cena todos juntos. Este viaje también tenía como objetivo la despedida de los estudiantes de máster que terminaban un poco más tarde, en marzo, y del otro español que estaba aquí, quien volvió también a finales de marzo para España. Como suele ser habitual aquí, la primera fiesta dio paso a la segunda o (二次会), nijikai, la cual se hizo en una habitación y consistió básicamente en beber. La verdad es que hacía tiempo que no bebía tanto. Me quedé hasta el final, momento en el que empezamos a jugar a piedra, papel o tijera, quien perdía, bebía un trago y así hasta terminar toda la bebida que se había llevado (es que el duro aún no ha llegado a Japón). Ni qué decir que acabé bastante mal. De esto hay fotos y vídeos, pero pueden atentar contra el buen gusto, así que mejor lo dejo.


Al día siguiente, el otro chico español, un japonés y yo, todavía muy perjudicado, volvimos a la estación de esquí. Mantenerme en pie sobre la tabla me costó bastante más que el día anterior, yo quiero creer que fue porque la nieve estaba mucho peor (más hielo debido al descenso de temperaturas) y no a que mi estado era un poco… digamos que precario.


Como anécdota, decir que el día anterior en el hotel me di cuenta de que había perdido el reloj y lo recuperé el segundo día, al parecer alguien lo encontró al lado de uno de los remontes. Gracias a la buena voluntad de los japoneses pude recuperarlo. Este reloj había sido un regalo de Reyes de este año en sustitución de mi anterior reloj que había perdido hace unos meses. No se lo he dicho a mi madre todavía por vergüenza, así que hoy, cuando hable con ella se lo diré para que no se entere por esta vía.


Besos para ellas y abrazos para ellos.