sábado, 5 de junio de 2010

...llega al Fin de la Tierra

En la anterior entrada me había quedado pasando la noche en un albergue, en Golant. Este albergue era una antigua casa de las típicas inglesas, con cantidad de habitaciones, repartidas de tal manera que parecía un laberinto. En cierta manera me recordó a la casa de la película Godsford Park.

El sitio está perdido en medio de la nada pero cuenta con unas vistas preciosas sobre un río del que desconozco el nombre.

Mi primer destino del día fue Falmouth. De camino pasé por un pueblo pesquero, Mevagissey, pero allí paré apenas un momento para hacer una foto desde lo alto del mismo, la cual no voy a poner aquí porque no quiero cansaros con más fotos de pueblos pesqueros, y este no tenía nada en especial.

El camino a Falmouth lo decidí hacer por la costa, para intentar ver un poco de paisaje. Pero me di cuenta de que esto no es posible. Algún día prepararé una entrada hablando de las carreteras inglesas que, al contrario de lo que uno podría esperarse, son bastante malas. Una de las cosas que me pasó en este viaje es que las carreteras secundarias por donde se supone que se podría admirar el paisaje, resulta imposible hacerlo debido a que están flanqueadas o por grandes setos o bien por terraplenes, y además sin arcenes. Aquí os pongo una muestra representativa.

Al final del viaje me sentía como un buey de los que tiran de los carros, que llevan esa especie de viseras para sólo mirar hacia delante, y que ahora no consigo recordar su nombre.

Lo que quería ver en Falmouth era el castillo Pendennis. Este es otro de los castillos de la zona que, aunque la parte original se construyó entre 1540 y 1545, en los tiempos en que Enrique VIII tenía que hacer frente a los ataques de franceses y españoles, la fortaleza actual es el resultado de las distintas reformas que se fueron llevando a cabo durante los siglos hasta la segunda Guerra Mundial. En resumen, lo mismo que conté en la anterior entrada sobre el castillo de Dartmouth.

Esta es una imagen del castillo de lejos, el cual está enclavado en esa península que se ve en la imagen, en un enclave perfecto para proteger la entrada hacia una amplia bahía. La siguiente foto es de la parte más antigua del castillo.

El siguiente punto de interés en este viaje por la costa sur de Cornwall fue el Lizard Point, el punto más meridional de Inglaterra, y por ello, quizá el punto más cercano a casa en el que puedo estar en este país.

La línea de rocas que se ven en la imagen sigue justo la dirección sur. Lo gracioso de este sitio es que el último edificio que hay no es el faro, y yo creo que tampoco es la antigua estación de salvamento que se ve en la imagen al pie del acantilado. El último edificio es una cafetería.

Esto es algo a lo que me he empezado a acostumbrar en Inglaterra. En cualquier sitio de interés hay una cafetería y una tienda de recuerdos, incluso en iglesias y catedrales.

Después de echar una mirada melancólica hacia el sur, volví al coche, y continué hacia el oeste. La siguiente parada fue en St Michael’s Mount.

Como podéis ver es muy parecido al conocido Mont Saint Michel de la Normandía francesa. En ambos sitios hubo asentamientos cristianos desde los siglos V y VI, y también se puede llegar caminando cuando hay marea baja. Sin embargo, el mayor parecido se debe a que los mismos monjes benedictinos franceses construyeron una abadía en este sitio hacia el siglo XI. De todas maneras, aunque no conozco el francés, por las fotos parece un poco más grande que el inglés. El caso es que me dio por ir hasta la isla, aprovechando que estaba marea baja. El problema fue que al llegar a la isla, un hombre nos dijo que ya estaba subiendo la marea y que en breve no se podría pasar. Así que yo me di la vuelta y volví a pie, al igual que otra gente, con tan mala suerte que en cuestión de apenas unos minutos, ya no había manera de pasar sin mojarse los pies. Por suerte, me había dado por meter un calzado de repuesto en el coche.

Una vez secos los pies, continué el viaje, llegando hasta el Fin de la Tierra o Land’s End. Sí, al parecer, los ingleses tienen su propio Finisterre, que por lo visto tiene ese nombre desde antes del descubrimiento de América. Sin embargo, lo que yo me pregunto es, ya que por entonces sí se conocía Irlanda y las Islas Scilly, y están más al oeste, aún en el caso de que por aquel entonces dudaran de si Finisterre estaba más al oeste o no, ¿por qué llamar así a este sitio?

El caso es que este sitio me defraudó un poco, ya que lo que había allí era una especie de parque de atracciones en pequeño. Además, también aquí el edificio más al oeste de Inglaterra es una cafetería. En este caso se llama La primera y última casa.

Una de las cosas que buscaba con este viaje era llegar a un punto en el que estuviera a la misma longitud que Oviedo, pero resultó no ser posible por apenas unos minutos (de longitud geográfica). Así que tuve que conformarme con llegar a la altura de algún sitio entre Gijón y Oviedo.

Intenté sacarle una foto a Asturias desde aquí, pero con el objetivo de la cámara no me llegaba (puedo abrir una colecta para comprar un buen teleobjetivo, ¿me ayudáis?). De todas maneras, el tiempo se puso bastante mal, con niebla baja y lluvia fina que acababa empapando, por lo que no pude hacer bien la foto.

Por otro lado, viendo el interés de que yo salga en alguna foto, voy a explicar por qué no lo hago a menudo… vale, casi nunca. En primer lugar, porque los sitios que visito son mucho más guapos que yo, así que no quiero estropear las fotos con mi falta de fotogenia. Y en segundo lugar, porque viajo solo, por lo que habitualmente no tengo quien me saque una foto y no tengo ganas de andar pidiéndoselo a nadie. En este caso hice una excepción, así que aquí tenéis.

Tengo que decir que esta foto la hice mirando hacia el sur en lugar de al oeste, como sería lo lógico en este sitio. Así que espero que este domingo pasado os hayáis puesto guapos sobre las 19:10 hora española, porque también salisteis en la foto.

Como no podía seguir huyendo más hacia el oeste, tuve que dar la vuelta en este sitio. El albergue de esa noche lo tenía en Okehampton, que es un pueblo justo al borde del parque Dartmoor. Así que tenía un viaje bastante largo hasta llegar allí. De todas maneras, de la que iba, paré un rato en St Ives. De nuevo se trata un puerto pesquero parecido a los anteriores, por lo que no voy a poner ninguna foto. Lo que sí quiero comentar es que aquí me comí uno de los famosos helados de Cornwall que veía anunciados por todos sitios, los cuales no resultaron ser tan buenos como las expectativas creadas.

En la próxima entrada intentaré terminar con el relato de este viaje.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

3 comentarios:

  1. En cuanto vengas te llevamos a Luanco a comer unos helados de crema catalana y donuts que están bueníiiisimos!

    Ah, ya me encontré en la foto. Qué bien salimos todos jeje.

    Besos!!

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  2. Anteojeras, cielo, lo que llevan las caballerías para que no se desvíen del camino se llama "anteojeras". Lo que hemos estado mirando, que tampoco nos acordábamos del nombre. Joel se acordaba pero hemos buscado sinónimos, pues me parece que en el pueblo le llamábamos de otra manera, pero no estoy segura.
    Cuando se encuentran dos coches ¿cómo se hace?
    Ya me llegó la postal de St. Michel. Gracias Alberto, siempre tan detallista.
    Besicos faticos.
    Jorge y Sara

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  3. ¡Yo no salgo en la foto!
    Supongo que el ecuador me tapaba, jeje.
    En el cape point, el sitio más austral de áfrica tb hay una cafetería, pero más al sur hay dos faros, uno arriba (antiguo) y otro abajo, moderno.
    Mi madre está encantada con las postales, gracias de mi parte también.

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