lunes, 30 de mayo de 2016

...visita las hermanas pequeñas

El verano pasado tuve que hacer papeleo en Tokio y también hice una visita a Osaka, así que aproveché para conocer las vecinas pequeñas de las dos grandes urbes de Japón.

Muchas veces me hace gracia porque dicen que Sendai es una pequeña ciudad rural, pero tiene una población de un millón de habitantes, que es el total de la población de Asturias. Las que llamé “vecinas pequeñas” de Tokio y Osaka son Yokohama, con 3.7 millones, y Kobe, con 1.5 millones de habitantes, respectivamente. Tras ver estas cifras, uno entiende por qué dicen que Sendai es rural. Al final, todo depende del punto de referencia.

Yokohama queda al sur de Tokio, en la misma bahía, y es uno de los mayores puertos de Japón. Éste se abrió en 1859, época en la que Japón todavía estaba cerrado al exterior y sólo existían unos pocos puntos de entrada, así que Yokohama se convirtió en la base del comercio con el exterior. Actualmente es la ciudad más grande Japón, si no se considera Tokio como tal (a veces se considera como un conjunto de 23 distritos o municipios).

Uno de los puntos más emblemáticos es la Yokohama Landmark Tower, que con sus 296 metros de altura fue el edificio más alto de Japón durante más de 20 años, hasta 2014.


Aunque el ascensor no es barato, se puede subir hasta una planta de observación a 273 metros de altura, desde donde se tiene una buena vista de la ciudad y el paseo marítimo.



El paseo por la zona de la izquierda que se ve en la segunda foto merece la pena, al menos si hace buen tiempo.





La otra parte más conocida de Yokohama es el Barrio Chino, que nació y creció gracias al comercio con el exterior que comenté antes.




Dejando el barrio chino, caminando hacia el sur, se encuentra la zona de Motomachi, un barrio con un aire muy europeo (una sensación que tuve en general durante toda la visita a Yokohama, exceptuando la parte del Barrio Chino).



Este último edificio me trajo a la memoria alguno de los pocos buenos recuerdos que tengo de Inglaterra.

Poco más adelante, estuve en Osaka y aproveché a visitar Kobe. En este caso no estuve mucho tiempo pero tengo que decir que tampoco me llamó mucho la atención, así que no creo que me perdiera mucho.

Yokohama y Kobe tienen ciertas cosas parecidas. Las dos son puertos de mar situados cerca de grandes ciudades, las dos tienen paseos marítimos,


las dos tienen barrios chinos,



y las dos tienen un barrio llamado Motomachi,


Kobe es mundialmente famosa por dos razones. La primera es por la carne.


Como tiene un precio prohibitivo, lo más que pude hacer fue comerla en un puesto en la calle. Espero que fuera de la de verdad. Al menos estaba bastante buena, que no es decir poco.

La segunda razón por la que Kobe es famosa es por el terremoto de 1995.


Siempre está bien dejar algo para el recuerdo por muy doloroso que sea. Cuando estuve en el Museo de Historia Natural de Londres hice el comentario de que la simulación del terremoto de Kobe me pareció sosa. Ahora, tras sentir muchos terremotos, y haber estado allí, me arrepiento de ese comentario. No he vivido un terremoto tan destructivo como el de Kobe, pero sí las réplicas del de Tohoku de 2011 y algunas de ellas fueron muy fuertes. Lo que se siente no tiene nada de soso.

El título de la entrada es sobre las hermanas pequeñas de las grandes ciudades de Japón, y en tamaño lo son, pero lo cierto es que ambas tienen su propia historia, como todos los hermanos pequeños.


Besos para ellas y abrazos para ellos.

3 comentarios:

  1. ¡Buenas!
    Si vas haciendo entradas con viajes de dos en dos te pones al día en... dos o tres meses, jeje.

    Por un momento había dudado de que no aprovecharas la ocasión de comer buey de Kobe, en Kobe. Pero no nos defraudas nunca. Ahí está la tapita de rigor.
    Esta vez te has desquitado y nos has regalado un montón de fotos.

    El barco, ¿es alguno conocido?
    Muy chulo todo de verdad.
    En cuanto a lo del terremoto, creo que está bien que dejen cosas como quedaron tras el desastre. Es importante recordar. En Sicilia, concretamente en Messina, construyeron encima de los escombros a los que fue reducida la ciudad. Todo menos una iglesia románica junto al mar que fue lo único que resistió. Entonces se subía con alguna escalera y ahora se bajan dos metros de escalones.
    Un abrazo y por la siguiente.

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  2. ¡Ay, Albertico! ya pensé que te habías cansado de nosotros.
    Muy bonitas las fotos, como siempre.
    Esto de los terremotos me pone los pelos de punta. Aquí en Huesca se notaron dos, que yo recuerde (Joan no se acordará porque en uno era un bebé y cuando el otro no tenía más de 5 años) y aun siendo de los flojetes y breves, de los que sólo piensas "¡uy!, ¿qué ha sido eso?", te queda una corri-corri por dentro...
    Besicos faticos para tí.
    Jorge y Sara

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  3. Por qué todos parecen tener experiencias con terremotos menos yo? :(

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