lunes, 16 de septiembre de 2013

…toma un café

Esto puede sonar un poco oportunista a la vista de los acontecimientos de los últimos tiempos pero lo cierto es que hace tiempo que tenía ganas de hablar del café.

Desde que me fui de España, una de las cosas que más echo de menos es la tradición española de tomarme un café tranquilamente con los amigos. Es cierto que uno se puede tomar un café en Inglaterra o Japón, no digo que no pero, tanto en un sitio como en otro, es muy difícil encontrar una cafetería que no pertenezca a una cadena tipo Nero (en Inglaterra), Doutor, Italian Tomato, Caffe Veloce (estas en Japón) o Starbucks (en cualquier lado), todo esto sin afán de hacer publicidad, que no me pagan. Lo que yo echo de menos es la típica cafetería de toda la vida donde poder sentarte tranquilamente (o con la televisión a todo volumen con el partido) y charlar de lo que sea.

Aquí la gente joven suele ir a las cafeterías de las cadenas a estudiar, cosa que no entiendo muy bien, pero es bastante común ver a chavales con los libros y montañas de apuntes esparcidos sobre las mesas. Supongo que no se tomarán muchos cafés, porque los exámenes les saldrían bastante caros teniendo en cuenta el precio.

En Inglaterra era muy típico que la gente en la empresa se tomara un montón de cafés y tés al día, pero claro, hechos en plan aguachirri, con las famosas kettle, jarra eléctrica para calentar el agua (con su buena costra de cal de solera duramente conseguida tras años sin limpiar) y usando filtros, en lugar de la cafetera italiana de toda la vida. El caso es que yo, como sustitutivo del café como es debido me hacía café instantáneo pero con leche no con agua, así que me calentaba la leche en una taza en el microondas. No os podéis imaginar la cantidad de veces que me preguntaron que qué estaba cocinando… les chocaba mucho que calentara leche en el microondas. Claro que no les parecía raro no lavar las tazas tras usarlas y tampoco añadirle una nube de leche al té.

Aquí continúo con mi costumbre de hacerme el café con leche calentada en el microondas. Claro que yo tengo que añadirle azúcar también (ya sé que muchos puristas dirán que un café instantáneo con leche y azúcar no es café, pero bueno, es lo que hay), con lo que he tenido que aguantar que me dijeran que es un café de niños… bueno, me lo tomo como un cumplido, me siento joven.

En mi piso no tengo microondas, pero aun así me tomo un café los fines de semana, tranquilamente.


La foto no es muy buena pero alguno se habrá dado cuenta de que el bote pone “Clásico”. No, no es que me traiga el Nescafé de España, el espacio lo reservo para el jamón y el queso de los kits de supervivencia de mi padre. Este bote está comprado en el supermercado normal de aquí. Resulta que está hecho en España, con la etiqueta en español, aunque por supuesto, le ponen una pegatina para que la gente lo entienda… y yo no.


De todos los tipos de Nescafé que se venden por aquí es el único que vi con la etiqueta en español, así que para apoyar la economía española desde aquí, es el único que compro.

Espero poder seguir disfrutando de mi relajante taza de café con leche los fines de semana mientras veo los juegos olímpicos de 2020 en…


Besos para ellas y abrazos para ellos.

5 comentarios:

  1. Oye y no hay nespresso por ahi? es un cafe bastante decente...

    ResponderEliminar
  2. Muy chula la entrada.
    Se echaba de menos alguna entradita casera. Muy curioso lo de la etiqueta en español.
    A mi no me gusta el café así que no tengo esos problemas, pero sí el del colacao. Pues allí donde voy tengo que buscar algún sucedáneo para mis desayunos.
    ¡Un abrazo preto!

    ResponderEliminar
  3. Cómo molan las entradas caseras jeje!
    Qué bueno la etiqueta en japonés al lado de Nescafé Clásico!
    Nada, sigue tomándote un relaxing cafe con leche, y ya te esperamos pa lo del taladro y eso :)
    Un abrazo enorme Obi!

    ResponderEliminar
  4. Ya sabes que yo también soy muy fan de las entradas caseras.
    Qué graciosa la etiquta bilingüe! Y los hábitos higiénicos de otros países son dignos de una entrada, jaja.

    Besos!!

    ResponderEliminar
  5. Bueno, los críos que se iban de intercambio a Irlanda (norte) venían alucinando con los bocadillos (que no una comida completa) del mediodía ¡hasta de macarrones!... "cosas veredes amigo Sancho". En fin, cada cual se las apañe a su aire, siempre y cuando a mí no me obliguen.

    El café o lo que quieras de los juegos olímpicos te quedan cerca, si te quedas ahí.
    Besicos faticos, guapetón.

    Jorge y Sara

    ResponderEliminar