viernes, 28 de noviembre de 2014

…va de cráter en cráter (III)

Pues sí, fue otro mes más. Mira que lo intento, pero no hay manera de que me salga una entrada a mediados de mes.

En la anterior entrada dejé al grupo a punto de empezar la subida al Fuji saliendo de la quinta estación de la ruta Subashiri. Lo bueno que tiene esta ruta, además de no estar tan masificada, es que el bosque llega hasta una altura considerable, por encima de los 2700 m.



El problema son los mosquitos que, a pesar de que la temperatura era mucho más soportable que en Mishima, seguían atacando y las ronchas que me salieron me estuvieron picando dos días y la piel me quedó con un color rojizo por más de una semana.

Como yo no tenía experiencia anterior en subir el Fuji, no teníamos muy claro hasta donde podíamos llegar el primer día. Además, empezamos relativamente tarde porque tuvimos que coger un tren y un autobús para llegar a la quinta estación. Así que habíamos reservado uno de los refugios de los que se encuentran a lo largo de la ruta, el Seto-kan. Este refugio, en la sexta estación, se encuentra a 2700 m por lo que consideramos que estaba bien para pasar una noche en altura y adaptarnos un poco. Lo malo es que hicimos la subida más rápido de lo que pensábamos, así que nos hubiera convenido más quedarnos un poco más arriba, en la séptima estación a 3000 m. Los refugios no son baratos (unos 7500 yenes con cena y desayuno), pero hay que tener en cuenta que no hay otras posibilidades y dormir al raso, incluso en el verano, es una opción bastante fría. Los más intrépidos y fuertes pueden optar por subir y bajar en el mismo día pero nosotros optamos por la opción conservadora. El refugio era así por dentro.


Básicamente eran unas literas corridas con futones. Las chicas tenían unas literas para ellas pero en la misma sala y sólo podían encontrar intimidad con unas cortinas. La cena fue a base de arroz con curry y una sopa, nada del otro mundo pero por lo menos la gente era amable y pude practicar un poco mi pobre japonés. Para el desayuno nos dieron unas bosas con algo de comida y un zumo. Si se puede, es mejor pasar de pagar la comida en estos sitios y llevarse las cosas desde abajo donde son bastante más baratas.

Allí esperamos a que atardeciera, aunque realmente esto se supone que es el país del Sol Naciente, claro. Además, la puesta de sol nos quedaba justo al otro lado de la cima, así que todo lo que podíamos hacer era intuir un precioso atardecer hacia el oeste, hacia España.



Voy a aprovechar para contar una curiosidad, España en japonés se puede escribir en katakana スペイン, que en romaji es Supein y viene del inglés, pero también se puede escribir en kanji como 西班牙; 西 significa oeste, es fuerza armada y colmillo, así que España vendría a ser como La fuerza del colmillo del oeste, o algo así. La verdad es esto no lo encontré en ningún sitio, es lo que yo entiendo a partir del nombre. Así que si alguien que lea esto me puede dar alguna referencia o explicación de donde vienen los kanji que se utilizan para escribir España, lo agradecería. En realidad, lo que sí se usa habitualmente es abreviado como 西, es decir, el oeste. Supongo que vendrá de los tiempos en que España era un imperio y ocupaba buena parte del oeste, aunque de aquella también ocupaba el este.

Un poco más tarde, pudimos ver un espectáculo curioso, una tormenta sobre Tokio con mucho aparato eléctrico. Es curioso poder ver los relámpagos sin oír los truenos.


En la foto se ven esas sillas metálicas porque no tenía trípode como es debido así que puse la cámara sobre otra de las sillas.

Y antes de dormir, una mirada a las estrellas.


Tras tomar esta foto, me fui a dormir un rato. Y como se me hace tarde hoy, lo dejo aquí para poder terminar de subir la entrada a tiempo.


Besos para ellas y abrazos para ellos.

viernes, 31 de octubre de 2014

...va de cráter en cráter (II)

Mira que me está costando escribir las entradas a tiempo, siempre llego justo al final del mes. Voy a dejar de disculparme por ello porque ya empieza a no tener demasiado sentido aunque en esta ocasión tengo que hacerlo con Joan porque ya tengo sin terminar algunas historias con él y ésta lleva camino de convertirse en otra de ellas.

Voy a retomar por tanto la historia de cómo fui de cráter en cráter. El primero de ellos fue allá por julio en la isla coreana de Jeju. El siguiente fue el mismo monte Fuji, también conocido en España como el monte Fujiyama, pero esto es un pleonasmo puesto que yama, en japonés significa montaña, así que se estaría diciendo “monte Fuji montaña”.

Hacía bastante tiempo que tenía en mente subir el Fuji, una montaña icónica donde las haya y la más alta de Japón, pero siempre me echaban para atrás todos los comentarios que había escuchado sobre la cantidad de gente que sube, llegando a formarse colas en las horas punta en determinados días. El problema que hay es que sólo se puede subir durante el verano. En realidad, creo que se puede subir en cualquier momento del año pero es en verano cuando los refugios están abiertos y hay mayor vigilancia y centros de rescate abiertos. El invierno en Japón es duro y ya incluso en septiembre puede haber nevadas porque no deja de ser una montaña relativamente alta. Así que la temporada de ascensión es de poco más de dos meses. Por ejemplo, este año fue del 1 de julio al 10 de septiembre.

Este verano, Joan, a quien ya conocemos bastante bien por este blog, vino con su novia y un amigo (que conoció en la isla Reunión hace ya más de 4 años), y querían subir el Fuji. Yo además tenía unos días de vacaciones en la universidad los cuales tenía que coger durante el verano, así que los utilicé para unirme a ellos y subir el Fuji. Podría ponerme a describir con más detalle las posibles rutas, refugios y demás historias pero eso se puede encontrar en cualquier otro blog y páginas oficiales y extraoficiales, así que lo voy a dejar. Si alguien quiere más información que me la pida, puedo pasar algunas buenas direcciones de internet y tengo algunos folletos sobre los accesos y demás, aunque todo de 2014 y puede cambiar de año en año.

Hay 4 rutas para subir: Yoshida, Subashiri, Gotemba y Fujinomiya. Entre ellas, la Yoshida es la más popular (este año la usaron más de 170000 personas), así que quisimos evitarla y nos decidimos por la Subashiri (fuimos unos 33000). Para ello, elegimos hacer la noche previa en una pequeña ciudad al sureste del Fuji, Mishima, más que nada porque nos decidimos un poco tarde y no había sitio en otras ciudades. De todas maneras, creo que resultó un acierto porque había buenas conexiones para llegar a las entradas de las rutas de ascenso y la ciudad resultó tener su encanto.

Mishima se encuentra en una zona tomada por la lava escupida por el Fuji hace unos 100000 años. En la tarde que pasamos juntos en esta ciudad nos dio tiempo a visitar un par de sitios. El primero de ellos fue el parque Rakuju.


Se supone que en esta foto tendría que haber un lago en el medio pero en su lugar pudimos ver a esas tres mujeres trabajando, recogiendo malas hierbas. Me imagino que estarían haciendo labores de mantenimiento y por eso no había agua. Todavía me sigue sorprendiendo ver cómo trabajan aquí los jardines. Os aseguro que hacía mucho calor con una humedad muy alta y allí estaban las tres mujeres, hombro con hombro, quitando la maleza hierba a hierba. En la foto anterior se puede apreciar el tipo de roca volcánica que nos íbamos a encontrar durante el siguiente día y medio. Pero no todo era sequedad y rocas volcánicas en el parque.


Supongo que alguien que lea esto sabrá qué flor es, yo no tengo ni idea pero me pareció bastante curiosa.

Después nos acercamos al Mishima Taisha o lo que es lo mismo, al Gran templo de Mishima. En los jardines del templo sí que nos encontramos con agua.


Incluso tenía algún habitante.


En los estanques de los templos japoneses siempre suele haber carpas y estas tortugas que parece que llevan un antifaz rojo. Este templo tenía buena pinta para ver los cerezos en flor, aunque llegamos un poco tarde, claro.


Y para que se vea que de verdad era un templo, aquí está el edificio principal.


Al día siguiente cogimos un tren hasta la ciudad de Gotemba y de allí subimos en autobús hasta una de las quintas estaciones, en nuestro caso hasta la entrada de la ruta Subashiri a 2000 m de altura. Hay cuatro quintas estaciones, correspondientes a las cuatro rutas. La de la ruta Subashiri es la segunda más baja. Las estaciones llegan hasta la número 9 por cada una de las rutas, siendo la décima la cima. Se suele salir de una de las quintas aunque se puede empezar más abajo si se tienen tiempo, ganas y fuerzas. Aquí os pongo al grupo antes de empezar el ascenso que comenzamos hacia mediodía.


No nos hicieron pagar entrada como ponía en los folletos que nos habían dado en Mishima, donde decía que había que pagar 1000 yenes (7.25€) por persona. Tampoco nos hizo falta llevar retretes portátiles (unas bolsas con químicos para deshacer los residuos), cosa que había oído que se había tenido que hacer unos días antes y algunos extranjeros se habían quejado. Esto a un montañero le resulta un poco raro porque las necesidades siempre se han hecho buscando un buen árbol o una roca. Sin embargo, esta montaña es diferente, primero por la cantidad de gente que sube y se dejaría todo hecho un vertedero. Además, una vez pasados los 2000-2300 m de altura, apenas hay árboles y no hay donde apartarse un poco. La opción que queda son los servicios de pago que hay en los refugios, por el módico precio de 2-300 yenes por vez, y donde hay que contener la respiración por los olores que tumban.

La subida la dejaré para la siguiente entrada, ya veremos si no echo otro mes, como viene siendo habitual.


Besos para ellas y abrazos para ellos.

martes, 30 de septiembre de 2014

...va de fiesta

Lo primero, disculparme por adelantado porque debería estar escribiendo la continuación de la ruta de cráter en cráter. Este mes fue bastante complicado, entre el trabajo y estudiar japonés. Además, ahora no tengo ordenador en el apartamento así que tengo que sacar tiempo en el trabajo para ponerme con ello y las fotos de la excursión me están llevando bastante. De momento voy a poner una entrada corta para cumplir mi compromiso mensual.

No somos muchos españoles por Sendai, al menos que yo conozca. A parte de mí, creo que hay otros tres. A uno de ellos apenas le conozco pero hay otros dos con los que quedo de vez en cuando. Cada uno tiene su trabajo, que aquí es complicado con los horarios de unos y las exigencias de los otros (trabajar en la universidad lleva muchas horas y, a veces, fines de semana), y uno de ellos tiene familia japonesa, con lo que se hace mucho más complicado.

Pero al final, somos españoles, así que siempre hay alguien que encuentra una manera de montar una fiesta. En este caso, una amiga conocía un bar que regenta un checo y éste hace noches temáticas de vez en cuando, por ejemplo, creo que hubo una noche checa, otra iraní y habrá una de Halloween. El checo le comentó algo a mi amiga y ella nos lo dijo a nosotros, así que buscamos un sábado que nos viniera bien a todos y preparamos el tema. Nosotros hicimos la comida, que consistió en lo siguiente.


Queríamos hacerlo en plan tapas y que cada uno comprara lo que quisiera, pero el checo nos dijo que todo en un plato, así que preparamos una ensalada de tomate aliñada con aceite y bastante ajo, croquetas, tortilla y arroz con pollo, al que llamamos paella porque en general los japoneses no conocen la diferencia. Todo regado con sangría casera (que aquí se pueden comprar envases de sangría Don Simón) y acompañado de música española (desde David Bisbal a Mónica Naranjo pasando por Mecano).

Además, como el otro chico anda un poco en temas de actuaciones y demás, consiguió que dos amigas suyas japonesas fueran a bailar unas sevillanas con él, así que tuvimos espectáculo en vivo y todo.

Alguno dirá que lo de las sevillanas es muy Typical Spanish o muy cañí, pero hay que reconocer que los bailes del sur (flamenco, sevillanas o lo que sea) son lo más conocido fuera de España por mucho que a los de otras regiones nos fastidie. Sagrada Familia, toros, flamenco y siesta son las palabras que primero le vienen a la boca a cualquier extranjero que acabas de conocer y le dices que eres español.

De todas maneras, a mí no me importa, al menos el que lo dice sabe poner en el mapa mental (porque a veces no en el geográfico) a España y es lo que cuenta. Y, aunque yo llevo viviendo aquí ya un tiempo, aún tengo en mente los estereotipos de los japoneses.

Las risas que nos echamos en la cocina y las cervezas que nos bebimos sin apenas poder comer nada, merecieron la pena a pesar del cansancio, porque al final sacamos 24 platos, cosa que creo que fue algo bastante extraordinario para aquel bar. Las otras dos noches que estuve allí no suman 24 personas ni de lejos. A ver si lo repetimos algún día.

Y a ver si algún mes escribo antes y lo que toca.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

sábado, 30 de agosto de 2014

...va de cascada en cascada

Una de las cosas que me faltaron por comentar en la anterior entrada fue esta foto que saqué en el autobús que nos llevó al cráter del que hablé.


A mí se me ocurrieron dos posibilidades. La segunda de ellas fue que se podía utilizar el papel para limpiar el agua de las ventanas que se formaba por la condensación ya que la humedad era muy alta y hacía bastante calor. La primera posibilidad… lo voy a dejar porque estoy seguro de que fue también la primera que se os ocurrió a vosotros. Sólo decir que no había retrete en el autobús.

El congreso en el que estuve terminó un viernes a mediodía pero el avión para volver a Tokio salía el sábado por la tarde así que tuve un tiempo para visitar algo en los alrededores.

Una de las cosas que se veían bastante por toda la isla era esta especie de construcciones.


Por lo que le entendí al guía del día anterior, son para llamar a la buena suerte o algo así. También eran bastante típicas estas estatuas, Dol Hareubang, que según encontré son representaciones de dioses protectores.


Cerca del centro de convenciones donde tuvo lugar el congreso se encuentra el parque Jungmun Daepo donde se pueden ver unas columnas basálticas que salen del mar.


Y aquí hay os pongo una foto un poco más de cerca.


Normalmente, volvía en autobús al hotel pero ese día, a pesar del calor y la alta humedad, volví caminando para poder ver el puente Seonim.


Un poco más de cerca.


Este puente está dentro del parque botánico Yeomiji y si se quiere pasar por él hay que pagar la entrada. Yo lo hice pero no por el puente ni por los árboles sino por ver unas cascadas que forma el río que salva el puente, las cascadas Cheonjeyeon. Son tres cascadas principales que están bastante separadas unas de otras por lo que no estoy seguro de si todas tienen el mismo nombre. Cruzando el puente y subiendo un poco el río se encuentran las dos primeras.



A pesar de que estuvo lloviendo bastante los días anteriores, esta segunda cascada no tenía agua, al menos no que cayera como es debido. Me imagino que en algún momento correrá el agua como es debido y se podrá ver mejor. De todas maneras, el reflejo de las columnas en el pozo de agua quedaba bastante guapo.

Para llegar a la tercera hay que volver hacia el puente y bajar bastante. Yo me esperaba que fuera como los dos sitios anteriores en los que se podía llegar a la orilla del río pero no fue así, así que si no se tiene mucho tiempo ni ganas no recomiendo la caminata solo por esta foto.


En este parque botánico pude ver de cerca este instrumento que vi en otros sitios.


La verdad, no tengo ni idea de para qué sirve pero me llamó mucho la atención porque se me parece bastante a las muelas de las almazaras que hay por el sur de España. Así que supongo que se utilizará para moler algo aunque dudo que sean aceitunas porque con ese clima no creo que se den muy bien.

Al día siguiente, un sábado bastante lluvioso, tenía dos opciones. La primera era quedarme en el hotel y alrededores para visitar algo por allí. Lo malo es que los centros turísticos de esta isla son un poco raros, así que lo que tenía por allí cerca era un museo de ositos de peluche que, por lo que parecía en los folletos, estaban colocados y vestidos imitando obras importantes y cosas así (por ejemplo, La Creación de Adán de la Capilla Sixtina). Así que, por mucho que me atrajera la idea de ver ositos, cogí un autobús para ir a una ciudad hacia el este, Seogwipo, para ver unas cascadas que tenían buena pinta. Primero llegué a una en la que no había nadie y no había que pagar para entrar, cosa que me extrañó mucho puesto que se suponía que era una de las mayores atracciones de la zona y uno de los monumentos escénicos de la isla. La cascada se llama Jeongbang.



Después de verla, continué caminando por la costa hacia el centro de la ciudad y entonces fue cuando me di cuenta de que ésta no era la cascada que iba buscando, en realidad se llamaba Sojeongbang. El “So” de delante significa pequeño, parecido al japonés. A pesar de que los idiomas no tienen un origen común me pareció que había palabras parecidas. El caso es que más adelante llegué a la cascada Jeongbang principal, donde sí había más gente y sí había que pagar entrada.


El sitio era bonito. La verdad es que no es común ver una cascada tan cerca del mar. No es que el agua cayera directamente sobre el agua pero casi. La altura es de unos 23 m y 10 m de ancho. La leyenda dice que hace 2000 años, el emperador chino, Chin, mandó un emisario, Seobul, a buscar el elixir de la vida eterna en Jeju. Cuando no lo consiguió encontrar (vete tú a saber por qué, quizás no era tan bueno como Indiana Jones), grabó su nombre en el acantilado de la cascada y se volvió a China. Lo que no sé es qué pasó con él cuando volvió con las manos vacías ante su emperador.


Desde el puerto de Seogwipo llegué a ver otra cascada, la Cheongjiyeon, no confundir con las primeras cascadas de las que hablé antes.




Tras terminar la visita volví al hotel y de ahí al aeropuerto. Como llegamos muy tarde a Tokio ya no podía volver a Sendai ese mismo día. Como me tuve que quedar una noche allí aproveché a dar una vuelta por la zona de Asakusa y Ginza, pero de esto ya hablé en otras ocasiones. Sólo poner una foto de la estación de Tokio por detrás.




Ahora que me doy cuenta, creo que nunca puse fotos de la estación de Tokio por el otro lado. Es una estación que recuerda a las europeas y me gusta bastante pero ahora mismo no tengo ninguna foto como es debido a mano así que quedará pendiente para otra entrada.

Iba a titular esta entrada “…va de cráter en cráter (II)” para continuar con la serie que empecé el mes pasado, pero viendo el contenido, elegí cambiar el nombre, así que ya continuaré la serie más adelante.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

jueves, 31 de julio de 2014

...va de cráter en cráter (I)

Y otra vez que llego justo en el límite. Creo que la siguiente entrada llegará más rápido ya que voy a dividir la historia de cómo fui de cráter en cráter.

En la anterior entrada dejé a Iván dando vueltas por Japón. Justo antes de qué él volviera a casa nos vimos una vez más, en esta ocasión en Tokio. Lo malo es que estuvo lloviendo bastante. Es lo malo de venir en Junio a Japón, empieza a hacer bastante calor y es la época de lluvias. De todas maneras, nos armamos con nuestras cámaras y unos paraguas para dar una vuelta por la ciudad. No tengo muchas fotos porque le fui llevando a sitios que ya conocía, así que no voy a poner más aquí. Sólo darle las gracias por la visita y por unos días en los que me puse pesado hablando de Japón y tontón con el vino y la cerveza pensando en los viejos tiempos allá por la Tierrina.

Como todo tiene un fin, Iván se volvió a España y un día antes yo me fui a un congreso en Corea. En concreto fui a la isla de Jeju la cual puede que resulte conocida a más de uno debido al trágico accidente de un ferri surcoreano hace unos meses y que tenía como destino esta isla. En mi caso, yo fui en avión directo desde Tokio.

Jeju es una isla situada al sur de Corea del Sur (valga la redundancia). No voy a hablar mucho sobre la isla porque no es plan y porque tampoco estuve mucho allí, sólo durante el congreso y no me dio tiempo a hacer gran cosa, así que si queréis mirar algo más sobre ella, es mejor en otro sitio. Como curiosidad, sólo decir que es una isla volcánica y en el centro hay un volcán (valga la redundancia), el Halla, que es la montaña más alta de Corea del Sur con 1950 m. Una pena que no me diera tiempo a intentar subirla.

Lo que conocí de la isla fue principalmente su parte sur donde hay muchos centros turísticos que era donde se celebraba el congreso. Sigo recalcando lo del congreso por que me da que está bastante extendida la creencia que yo no trabajo mucho. Los centros están plagados de coreanos que van incluso de fin de semana allí porque hay muchos vuelos desde muchos aeropuertos de Corea del Sur. También hay muchos chinos. Al parecer, antes había más japoneses pero ahora, con el desarrollo chino las cosas están cambiando. En resumen, que Jeju es como la Mallorca de Corea, cambiando los ingleses y alemanes por japoneses y chinos. Lo malo de esto es que al final uno no se siente como si estuviera en un sitio diferente, es algo que ya se ve en otros sitios, así que no considero que haya conocido Corea realmente. Por suerte, los precios son más bajos que en Japón así que en eso sí que gané algo.

Para la primera foto de esta entrada os pondré algo de comida, raro ¿verdad?


Esto es algo muy típico de Corea, la carne a la parrilla. Creo que ya hablé de la versión japonesa hace mucho tiempo, de hecho, creo que aquí se importó desde Corea. En la misma mesa hay unos hornillos, a veces con gas otras veces con carbón vegetal, para poder hacer la carne al gusto. Lo que veis a la izquierda de la carne son unos moluscos que se llaman abalones. En principio, creo que eran de verdad aunque luego me dijeron que había un molusco muy parecido pero más pequeño. Aquí en Japón son muy caros así que por lo que nos costaron los coreanos, debían de ser otra cosa. De todas maneras, estaban bastante buenos.

Una característica de la comida coreana es que es muy picante. Además del famoso kimchi (col fermentada con pimientos y otras cosas) tienen otras salsas y comen ajo y pimientos crudos. Una guindilla que nos pusieron era como fuego. Comí un pico nada más pero el picante se empezó a extender por toda la boca y al final era incluso doloroso. Así que tened cuidado si vais a Corea, sobre todo si no estáis bien del estómago. Otra característica (no sólo de la comida coreana pero también de la japonesa) es la cantidad de platos pequeños que suelen poner con distintas comidas o salsas.


Como dije antes, en la isla hay muchos resorts y además, es un buen sitio para ir a la playa y hacer surf, así que, mejor pongo una foto de eso, la playa Jungmun Saekdal.


A continuación os pongo una foto del sitio donde se celebraba el congreso; vuelven las panorámicas, hacía bastante tiempo creo.


Pero como no me pasé todo el tiempo comiendo y por suerte, aunque estaba en un congreso (ah, que ya lo había dicho, es que hay que recordarlo, por si acaso), nos llevaron un día de excursión al sitio más emblemático de la isla, con el permiso del volcán. Esto es el Seongsan Ilchulbong. Se trata de un cráter formado por una erupción marítima muy cercana a la costa este de la isla. Debido a la situación, la gente suele ir a ver la salida del sol allí en año nuevo, de manera que se llama el Pico del Amanecer, que es lo que creo que significa Ilchulbong. Además, san significa montaña (esto es como el japonés) con lo que al final queda algo así como La Montaña del Amanecer Seongsan. Es Patrimonio de la Humanidad y también fue elegida como una de las 7 maravillas de la naturaleza. Las mejores vistas son desde el aire pero no nos llevaron en helicóptero precisamente, así que eso es mejor buscarlo en otro sitio. Además, estuvo lloviendo bastante (cosas de poner un congreso en la época de lluvias de un país) pero eso no nos detuvo. La siguiente foto es una vista desde la parte de abajo.


Después de una corta subida de media hora se llega a dar vista al interior del cráter.


No dejaban entrar dentro aunque de todas maneras no tenía pinta de ser fácil por la cantidad de vegetación. Las vistas desde la parte de arriba hacia la costa también eran bastante espectaculares aunque no pudimos disfrutarlas mucho por el viento y la lluvia.


Como se puede ver en la parte central de la foto, el cráter está conectado de manera natural con la isla por una estrecha lengua de tierra. También está conectado por un puente en la parte derecha.

De momento, voy a dejar esta historia aquí, ya que fue el primer cráter de la misma.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

jueves, 26 de junio de 2014

...come bollo

Como me viene pasando los últimos meses, voy dejando la entrada para última hora. Si es que me voy quedando sin ideas para contar aunque es cierto que tengo algunas cosas en la recámara desde hace ya años en algunos casos. Pero para hablar de todo eso debería hacer primero memoria de muchas cosas y luego escribirlo como es debido con tiempo.

Empezando con el tema de hoy, este año tengo mucha suerte, voy a tener unas cuantas visitas si todo sale como está previsto. La primera visita que tuve al poco de llegar a Japón fue la de mi madre, al año siguiente mi amigo Mario y su novia se pasaron por aquí durante el festival Tanabata, y el año pasado estuvo mi amigo Joan con su primo y su tía. Este año he comenzado con otro de mis amigos más antiguos, Iván. La verdad, casi me da miedo pensar cuánto hace que nos conocemos puesto que hay que remontarse a los entrenamientos de karate allá en los años ochenta del siglo pasado. Si en una frase escrita en 2014 uno tiene que escribir “del siglo pasado” para evitar confusiones, es que ya se está haciendo muy mayor.

Como yo este verano no tengo pensado ir por España, le hice un par de encargos a Iván para que me hiciera de mula de carga. Él además me trajo unas casadiellas pero, y sin desmerecerlas, lo mejor es que me trajo esto.


Los asturianos y los que conocen la comida de mi madre ya sabrán lo que es. Es un bollo dulce del que, como se puede ver, ya dimos buena cuenta, y unas galletas, todo recién salido del horno de mi madre (además de un viaje a Madrid, Frankfurt, Tokio y Sendai). Para el que no lo sepa, el bollo dulce se suele comer por Semana Santa, algo de lo que hablé ya pero no había puesto foto. Hacía ya mucho tiempo que no lo comía porque la última vez que estuve por Semana Santa en Oviedo fue en 2010. Además, Iván me trajo una botella de vino de parte de mi padre. Mi padre hace sidra pero ya tuve un incidente con una botella de sidra hace un par de años así que mejor no arriesgar la ropa de alguien más.

No tengo más fotos de la visita de Iván porque no llevaba mi cámara conmigo y él aún anda por Japón así que todavía no me pudo pasar las suyas. En realidad, más o menos ya hablé de los sitios que visitamos por aquí. El sábado estuvimos de onsen en Akiu, concretamente en este hotel donde comimos en habitación privada. Luego fuimos a ver la Akiu Otaki (para el que se esté preguntando, la pegatina de Asturias aún seguía allí). A continuación fuimos a ver el Jogi Nyorai pero se nos hizo tarde así que no pudimos hacer una visita muy completa. El domingo lo dedicamos a ver Matsushima y dar una vuelta por Sendai y sus tiendas, aunque también se nos hizo un poco tarde porque el día anterior el sake corrió abundantemente por la mesa.

El lunes yo tenía que trabajar así que tuve que dejar a Iván a su suerte, la cual no fue mucha porque se fue a visitar Nikko y le llovió bastante. El martes me tuve que despedir de él porque se fue a Kioto aunque nos volveremos a ver este fin de semana en Tokio, pero eso es futuro en estos momentos y me dejará material para otra entrada.

Espero que Iván haya disfrutado de la estancia en Sendai y así me poder hacerme un poco de publicidad para que otros se animen a hacer una visita.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

viernes, 30 de mayo de 2014

...vota

La verdad es que en estos tiempos, con la situación política tal y como está en España, a uno se le quitan las ganas de votar. Sin embargo, a pesar de todo, a mí me gusta hacerlo. No voy a entrar a hacer valoraciones de los resultados ni mucho menos a hablar de política aquí. Mi forma de pensar es que, para una oportunidad que se nos da cada cierto tiempo para cambiar algo, aunque sea mínimamente, es mejor aprovecharla. Pero más importante que esto, me parece que a lo largo de la historia mucha gente luchó y murió para poder obtener el voto para el pueblo. Además, en la historia reciente de nuestro país no se pudo votar durante más de 40 años, así que ahora creo que se lo debemos a todos aquellos que no lo pudieron hacer aún queriendo. 

Es evidente que no pude ir a votar personalmente y tampoco lo pude hacer por correo de la manera habitual. Para votar desde el extranjero hay que seguir varios pasos y empezar pronto con ello. 

Lo primero es registrarse en la embajada o consulado español como residente en el extranjero. Este paso es conveniente hacerlo por varias razones, no sólo para poder votar fuera de España sino también para que se tenga constancia de dónde está uno. Por ejemplo, en el caso de un desastre natural, al estilo del terremoto del 11 de marzo de 2011, la embajada puede tenerlo un poco más fácil para contactar y ayudar en caso necesario. Este trámite lo hice ya hace mucho tiempo así que no me acuerdo bien y no tengo fotos de los documentos, pero recuerdo que básicamente contacté con la embajada y me mandaron los papeles que rellené y envié junto con el pasaporte original. Al poco tiempo me lo devolvieron con un sello un poco pachanguero diciendo que estoy inscrito como residente en el registro de matrícula de la sección consular de la embajada de España en Tokio. 

Una vez inscrito en la embajada, antes de las elecciones envían una carta para darse de alta, en el caso de que sea la primera vez, o confirmar los datos en el Censo Electoral de españoles residentes en el extranjero (CERA, no me preguntéis de dónde viene la A). Aquí uno tiene que pedir adscribirse a una oficina provincial del censo electoral. Se puede elegir el que se quiere pero hay que dar una razón para ello así que yo puse Asturias, claro. Por cierto, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, hay más de 1700000 españoles censados en el extranjero de los que 100000 son asturianos, la quinta provincia con más censados fuera de España. En Japón somos algo menos de 1400 españoles, menos que en Emiratos Árabes Unidos, como curiosidad. A todos estos datos hay que sumar los que están fuera sin haberse censado; por ejemplo, no me creo que haya menos españoles en Reino Unido que en Brasil, Suiza o... bueno, en Suiza hay mucho dinero negro español así que… 

Al cabo de un tiempo, antes del día de la votación, la Delegación Provincial De La Oficina Del Censo Electoral envía un sobre con varias cosas dentro. 


Como podéis ver en la foto, mandan un taco con las papeletas correspondientes a todos los partidos políticos que se presentan a las elecciones. Hay que meter el voto (a no ser que se quiera votar en blanco) en el sobre y este sobre en otro que va dirigido a la delegación provincial del censo, junto con los datos del censo y una copia de un documento identificativo (DNI, pasaporte…). Este sobre hay que meterlo en otro sobre, esta vez dirigido a la embajada correspondiente. El paquete completo se ha de enviar certificado, lo que me costó, al cambio, unos 6 €, pero se supone que me los van a rembolsar. Y ya está. 

Lo gracioso es que el paquete de la foto de arriba me llegó el día 22 de mayo y en las instrucciones ponía que había que remitirlo a la embajada correspondiente antes del 20 de mayo. También podría haber ido a votar a la embajada hasta el día 23 de mayo, pero el viaje me hubiera supuesto pagar más de 20000 yenes (unos 145 €) además de perder un día de trabajo, el cual no creo que me hubieran rembolsado. Y aun así, el paquete me llegó el 22 a última hora, así que no me daba tiempo a organizarme como es debido. Según me dijeron desde la embajada, ellos enviarían igualmente el voto, pero no estoy seguro de que éste sea válido y creo que nunca llegaré a saberlo con certeza. La verdad, me fastidia mucho que no me hayan permitido ejercer mi derecho a votar como es debido. 

Una entrada un poco aburrida, pero es que me estoy quedando sin temas de los que hablar. 

Besos para ellas y abrazos para ellos.