jueves, 7 de agosto de 2008

...se va de matsuri

Este fin de semana pasado también me quedé en Nagano porque me dijeron que iba a haber un festival de verano, natsu matsuri, y tenía curiosidad por ver cómo eran.

Durante el día cerraron la calle que va desde cerca de la estación de trenes hasta el Zenkoo-ji, para permitir el paso de una especie de procesiones.

En esta foto se ve como un grupo de hombres y mujeres portan un altar de madera o mikoshi. Si podéis ampliar la imagen, veréis que en los laterales del altar hay dibujado un buey que lleva una sábana enredada alrededor de los cuernos, y una mujer que va detrás de él. Cuenta la leyenda que en una ocasión una mujer, que no creía en Amida Buda, cuando estaba lavando su ropa en el río, apareció un buey. En ese momento, uno de los mejores pañuelos de la mujer se enredó en los cuernos del buey. Éste echó a correr y la mujer lo persiguió sin descanso durante día y noche. De esta manera, llegaron hasta el Zenkoo-ji. Cuando la mujer entró en el templo, pudo ver cómo sobre la estatua de la diosa Kannon se encontraba su preciado pañuelo. La estatua se había convertido en el buey para guiar a la mujer hacia el camino de la Fe que, por supuesto, ella abrazó a partir de ese momento. Así, en todas las tiendas de recuerdos que hay cerca del templo, hay pañuelos y figuras del buey y la mujer.

Volviendo con el tema del festival, por la tarde también había actuaciones de taiko. Aunque ya lo he comentado en este blog, no puedo dejar de mencionar lo que me gusta el sonido y el ritmo de los conciertos de taiko, y sobre todo si los tocan estas seis chicas.

Incluso había un puesto del ejército en el que, supongo, estarían intentando reclutar gente. ¿Qué chico de 18 años (no sé si esta es la edad mínima en Japón) no querría reclutarse en un ejército que utiliza como reclamo esto?

Incluso a mí me dieron un abanico de papel. Espero que no intentaran reclutarme, si ni siquiera me entiendo con la gente para pedir algo de comer, no sería recomendable darme un arma con instrucciones en japonés.

Después de darme una vuelta viendo todo esto, volví a la habitación para dejar unas cosas que había comprado y dormir un poco de siesta, para coger fuerzas para volver al festival por la noche, que por aquí eso quiere decir a partir de las seis y media de la tarde.

Lo que me encontré al volver fue una enorme cantidad de gente caminando por la calle que os comentaba antes, pululando entre puesto y puesto de comida. Yo me aventuré con algunas cosas, como okonomiyaki (una especie de torta de harina con verduras, soja, huevo…), yaki-soba (soba cocida pasada por la plancha) y un yakitori (una brocheta) de calamar. Esto ocurría en la acera, pero en la calzada tenía lugar la actuación del festival. Al principio no me di cuenta de cómo iba el asunto hasta que llegué a la intersección de la calle que sube hacia el Zenkoo-ji con una grande transversal que va hacia las oficinas de la prefectura de Nagano. El festival tenía lugar en estas dos calles, formando una cruz en cuyo centro se encontraba esto.

Por unos altavoces que tenían instalados a lo largo de las calles se escuchaba la música que tocaba este grupo.

Lo que están tocando las mujeres es el shamisen, un instrumento parecido a una guitarra, con tres cuerdas que se tocan con una especie de púa grande. La caja de resonancia es cuadrada y cerrada. Aquí podéis ver y escuchar algo de música de este instrumento.

La gente que desfilaba por la calzada, lo hacía por grupos, bailando al ritmo de la música del grupo de antes. Es como si fueran hermandades. Cada uno de los grupos tenía su propia vestimenta y su coreografía, en algunos casos algo particular. Como ejemplo os pongo esta foto.

Pues sí, es lo que estáis pensando. No es que yo sea un entendido, pero no veáis lo raro que se me hizo ver bailar flamenco al ritmo de música tradicional japonesa.

Cada cierto tiempo se paraba la música para que la gente descansara y bebiera. Cada grupo tenía su propio aguador, e incluso aquí entraba la imaginación de la gente para montar su carro de bebida. En la mayor parte de los casos, sobre todo cuando los grupos eran de gente joven, el aguador se convertía en cerveceador, con lo que cuando estaba terminando el desfile, más de uno acabó tirado por el suelo.

El esquema del recorrido era algo parecido a esto.

La cruz estaba formada por las calles que os comenté antes. En el centro estaba la estructura de la foto de más arriba, y en los extremos de los brazos había unas hogueras.

Todo esto terminó a las nueve de la noche. Así que yo me fui a tomar un par de cervezas por ahí, intentando hablar con los camareros en japinglish y para la cama.

Abrazos para ellos y besos para ellas.

2 comentarios:

  1. Muy bueno lo del ejercito, solo en japon son capaces de hacer algo kawaii esto de reclutar gente para el ejercito. Ya veras tu cuando lleguen al barracon y el oficial no tenga la cabeza grande en plan manga... O bueno igual si, que con estos nunca se sabe.

    Muy chulo el festival, y coincido en lo de que los grupos femeninos de taiko molan. ;-) (a ver si nos curramos mas las fotos asi con mas primeros planos, que asi tienes que acercarte a las muchachas para conversar y eso, hehe)

    Por cierto al principio del video del shamisen, parece musica Country, hehe. Mola

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  2. Vaya pedazo de festival. No te puedes quejar. Es al más puro estilo español con flamenquito y con COMIDA. En toda fiesta que se precie tiene que haber comida (jejejje) hasta en Japón!!

    Muy chulas las fotos y como te dice Carlos acércate a hacer fotos...

    Besos

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