La primera excursión que hice por Reunión con Joan fue prácticamente entera en coche. El día estaba bastante nublado, pero no llovía, lo que nos permitió hacer alguna cosa.
En primer lugar, subimos hacia una cresta que se encuentra entre dos rivière. La traducción directa de este término es río, pero aquí, según mi punto de vista toma un significado un poco más amplio. Es más como un valle muy profundo, con paredes muy pronunciadas. Estos valles llegan en muchas ocasiones hasta cerca del mar con sus paredes igual de verticales. Cuando llueve deben de llenarse de agua, por lo que otro término que se puede utilizar como traducción es rambla. Bueno, mejor os pongo una foto y así entendéis lo que quiero decir. Esta es la Rivière des Remparts.
Aquí tuve mi primer contacto con las abruptas montañas de esta isla. La cresta, a la que se llega con el coche, es tan afilada que en apenas unos minutos se puede llegar caminando a otro mirador sobre la rivière vecina, la Rivière de Langevin.
Cuando bajamos de estos miradores, nos encontramos con José Alberto y Julián. José Alberto es un amigo que Joan conoció en la isla, que estaba también de asistente de español, y Julián es un amigo de José Alberto que, al igual que yo, estaba pasando unos días de vacaciones. Los describo, porque pasamos varios días juntos y la cortesía va por delante.
De esta manera, los cuatro fuimos a ver dos cascadas que están en el fondo de la Rivière de Langevin. Este también fue el primer encuentro con las cascadas de esta isla, que son muchas, debido a la combinación de paredes abruptas y cantidad de agua que cae. En primer lugar, os pongo la cascada de Grand Galet. En realidad aquí es difícil saber cuál es la cascada en realidad, porque parece que el agua sale de cualquier rendija.
Tengo que hacer una advertencia sobre esta y alguna otra de las imágenes que voy a poner a lo largo de las próximas entradas. En algunas ocasiones es imposible sacar un paisaje en una sola foto, por lo cual decidí hacer unas cuantas panorámicas, es decir, varias fotos separadas y luego juntarlas con un programa de tratamiento de imagen. He querido comentarlo por si se nota en alguna de las fotos que lo que se muestra está distorsionado o el corte de una imagen de la composición a otra. La cámara es buena, el programa informático es bueno, pero yo no sé utilizarlos bien del todo.
Después de ver esta cascada, bajamos a la siguiente, la cascada de Trou Noir, un poco menos impactante que la anterior, pero bonita igualmente.
Al lado de esta cascada comimos algo que habíamos comprado antes de subir. Este también fue el primer contacto con la comida reunionesa. En este caso, compramos unas barquette, lo que viene a ser unos recipientes de plástico con comida para llevar. Básicamente era arroz blanco con algo de carne por encima y un condimento picante. En realidad esto es el plato más típico de la isla, el carri. El condimento que le echan es realmente muy picante, aunque es opcional. Suele estar hecho de algún vegetal y muchas especias.
En esta zona tomé contacto por primera vez con una de las mayores tradiciones de la isla, que es el picnic. Sorprende realmente la afición que tienen los reunioneses a hacer picnic en cualquier sitio, y lo hacen a conciencia, como auténticos profesionales. Llegado el fin de semana llenan el coche con cacerolas, comida, bebida, toldos, bombonas de gas… vamos, todo lo necesario para pasar uno e incluso dos días comiendo.
Después de comer volvimos hacia la costa a ver el Cap Méchant o Cabo Malvado. Esto es una zona de acantilados de basalto. Lo que más impresiona de estos acantilados es su color negro, que resalta sobre el azul del mar y el verde de las palmeras y árboles de la costa. Lo malo es que ya estaba atardeciendo y la poca luz que quedaba no me permitió sacar una imagen que hiciera justicia.
En este lugar una de las atracciones turísticas es una señora que está un poco mal de la cabeza. Esta señora se acerca a todo turista que llega y le suelta un diatriba sobre el diablo y que nos va a llevar con él o algo así, realmente es algo muy adecuado teniendo el cuenta el nombre del sitio. Lo bueno es que, aunque le digas que no le entiendes, que eres español, ella insiste diciendo que los españoles entienden perfectamente el francés y comenzando con su sermón, el cual, por lo visto, es siempre el mismo.
Después de esto nos separamos y Joan y yo nos fuimos a su casa para ir a dormir temprano, ya que al día siguiente nos fuimos a hacer una pequeña travesía caminando. Pero esto es materia suficiente para otra entrada.
Besos para ellas y abrazos para ellos.
Efectivamente Albertico, es impresionante lo vertiginoso de esas paredes, y ese verde capaz de crecer (estoy segura) en un puñadico de tierra... y la de los isleños en construir, no sé si en un puñadico, pero no mucho más de terreno. Las casitas parecen como el azúcar o adornos espolvoreados sobre una tarta.
ResponderEliminarEspero impaciente las siguientes entradas.
Besicos faticos.
Jorge y Sara.
Se me olvidaba, hoy ha llegado tu postal desde Reunion. Muchas gracias guapetón. Incluso de vacaciones te acuerdas de nosotros.
ResponderEliminarBesicos faticos.
Jorge y Sara.
A pesar de que nos echamos tarde aprovechamos bien el dia. Lo malo es que como aqui empezaba ya el "invierno" el sol se echaba pronto y con el la posibilidad de visitar otras cosas.
ResponderEliminarLa cresta se llama precisamente "la sierra" (en francés, claro) por lo estrecho del sitio y también es una zona de picnic.
En cuanto a la comida cogimos cada uno diferentes tipos de carri para que los recién llegados pudieran probar distintos tipos a la vez.
Un abrazo desde Tana (me estoy poniendo al dia).