A pesar de que una de las dos guías que estoy utilizando dice que la ciudad es de las más bonitas del sur de Inglaterra, en realidad a mí no me pareció muy diferente de otras que he visitado hasta ahora. De todas maneras, esta es mi opinión y sólo estuve una tarde en ella, lo cual no es demasiado tiempo como para decir que conozco esta ciudad y tampoco sé mucho de su historia. En cualquier caso, lo que más llama la atención es la catedral de St Mary.
Las luces están encendidas porque esta foto está tomada cuando salí de la visita a la catedral, ya que las fotos que tengo antes de entrar las hice desde otro ángulo en el que se veían unos andamios. Cuento esto porque me pareció curioso que, habiéndose construido esta catedral en menos de 40 años en el siglo XIII (entre 1228 y 1258), las obras de rehabilitación empezaron en 1986 y tienen previsto terminar en 2015. Casi les hubiera valido más construir una nueva. Otro dato importante en cuanto a la construcción es que la aguja de la torre tiene 123 metros de altura, lo que la hace la más alta de toda Gran Bretaña. Lo que es increíble es que no se haya caído todavía, ya que los cimientos solo tienen 1.2 metros.
No soy un experto en arte, pero quizá el haber construido esta catedral en tan poco tiempo hace que su arquitectura sea muy homogénea. Esto lo deduje por mí mismo, pero lo de que es una obra maestra del gótico temprano inglés, he tenido que copiarlo. No voy a seguir con una lección de arte, así que voy con otras cosas.
En el interior de la catedral se encuentra el reloj en funcionamiento más antiguo de… bueno, aquí he encontrado dos versiones, que es el más antiguo de Inglaterra y la otra lo extiende al Mundo entero. En lo que coinciden las dos versiones es que data de 1386 y que sólo marca las horas, aunque supongo que esto segundo es más sencillo de comprobar.
Una de las cosas que ya me había llamado la atención en algunas de las iglesias que he visitado hasta ahora en este país es que intentan incorporar nuevos elementos a la catedral con un diseño moderno, y no en posiciones secundarias, si no con bastante importancia, como altares o, en este caso, la pila bautismal.
Otra curiosidad es que en la capilla de la Trinidad, situada en el ábside, se encuentra permanentemente encendida la vela de Amnistía Internacional, rodeada por una cadena de espinas, emulando la corona de Jesús, en memoria de los prisioneros de conciencia de todo el Mundo. El autor de esta obra es Simon Beer y es la que se puede ver en el logotipo de esta organización.
En la Sala Capitular tienen expuesta una de las cuatro copias que aún se conservan de la Magna Carta que firmó el rey Juan sin Tierra en 1215, donde se estableció por primera vez la relación entre el rey y sus súbditos, así como los derechos de éstos. Según el folleto de la catedral, este documento inspiró, entre otros, la Constitución de los Estados Unidos y la Declaración de los Derechos Humanos. En esta sala, por cuestiones de seguridad, no dejaban hacer fotos.
Para terminar la visita a la catedral, entré en el claustro, el cual sorprende por su tamaño.
Una vez terminada la visita a la catedral me di un paseo por la ciudad. En el mismo recinto anexo a la catedral se pueden encontrar numerosos edificios de cierta importancia arquitectónica y cultural, pero la mayor parte o bien son privados o bien estaban cerrados durante el invierno. Camino del centro pasé por la North Gate, que formaba parte de una antigua muralla que rodeaba la catedral en el siglo XIV.
El centro de la ciudad está en Poultry Cross, que literalmente significa Cruce de las Aves de Corral. No tengo ni idea de por qué se llama así, pero allí se encuentra este pabellón gótico.
Después de darme una vuelta por el centro, como ya se hacía tarde, cogí al pequeño Todoroku y volví a la casa donde estoy viviendo sin más historia que contar.
En resumen de estas dos últimas entradas, puede decirse que he visitado piedras puestas por el hombre en muy diferentes momentos de su historia.
Besos para ellas y abrazos para ellos.