martes, 30 de octubre de 2007

…pasa el sábado en Yudanaka

Este fin de semana me lo he tomado un poco relajado. La verdad es que no me venía mal un pequeño descanso para afrontar las dos últimas semanas de estancia en Japón. Además, hacía casi un mes que la secretaria del instituto donde estoy trabajando, Yamada, me había dicho de ir este fin de semana al ryokan (hostal estilo japonés) que el hermano tiene en Yudanaka. Esta ciudad está bastante cerca de Jigokudani Yaen-Kooen, que creo que se traduce como Parque de los monos salvajes. Se trata de un parque donde residen 200 monos que tienen su propio onsen al aire libre (rotemburo) y, por lo visto, a partir de finales de octubre y principios de noviembre se puede ver a los monos tomándose un baño. Según me dijo el hermano de Yamada, hay gente que viene expresamente a Nagano para ver ese espectáculo.

El problema es que ya había gastado toda mi suerte con el buen tiempo de los fines de semana de Tokio y Kioto, así que este sábado amaneció diluviando. De todas maneras me fui en coche con Yamada y su hijo hasta el famoso ryokan, a ver si cambiaba un poco el tiempo y podía ir a ver los monos. Pero no fue así.

El caso es que Yamada está en una especie de asociación como profesora de idiomas para niños y los fines de semana se juntan en el ryokan del hermano para jugar y hacer ejercicios del colegio. Así que allí estuve con un montón de críos jugando a juegos infantiles japoneses… pensar que le sacaba 12 años al mayor.

La verdad es que me dejaron agotado. Comimos todos juntos una especie de nabe sorpresa. Esto es, una olla en la que se cuecen una especie de fundas preparadas con huevo y harina en las que se mete comida de distintos tipos, como salchichas o fideos. La gracia está en mirar a ver qué te encuentras cada vez que abres una de esas fundas.

Después de comer, el hermano de Yamada, que es un experto en tiro con arco japonés, kyuudoo (literalmente, camino del arco), está en el nivel 6º dan, me estuvo explicando un montón de cosas sobre ese arte. Al lado del ryokan tiene una sala de tiro, preparada en su momento por su abuelo que llegó a ser 9º dan. Voy a intentar contaros un poco de lo que me estuvo contando, aunque no sé si lo recordaré todo. En primer lugar, los arcos que emplean tienen la particularidad de que son asimétricos, es decir, la parte por donde se coge queda más cerca del extremo inferior que del superior. Tradicionalmente están hechos de dos láminas de bambú y en el medio una lámina de una madera de la que no supo traducirme el nombre. Los arcos se diferencian por su altura, aunque no varía demasiado y, sobre todo, por su fuerza.

Desde finales del periodo Edo (1603-1867), en el que hubo una época de paz, el kyuudoo se practica como un arte y no con el objetivo de guerra. Por esta razón los arcos actuales no están preparados para largas distancias. Además, a la hora de realizar el tiro, el cuerpo se mantiene recto, en lugar de inclinado, como sería más conveniente para alcanzar una mayor distancia, por aquello del tiro parabólico (cosas de mi deformación de físico). Sobre las dianas, decir que son de aproximadamente 40-50 cm de diámetro.

La de la izquierda es para los principiantes, ya que resulta más fácil de focalizar que la de la derecha. Además, existe una tercera diana, la dorada que se ve en la foto entre las dos dianas, que se usa en los torneos cuando terminan. Cada uno de los participantes tiene dos intentos para acertarle que, como es lógico, es muy difícil. El sólo lo ha conseguido 5 veces en todo el tiempo que lleva practicando el kyuudoo.

La distancia de tiro hasta la diana es de 27-30 metros, que son, creo, unos 15-16 tatamis (esteras japonesas, tradicionalmente hechas de paja). Esta distancia tiene que ver con la medida del templo sanjuusangen-doo de Kioto, en concreto con la mitad. Por lo visto allí tuvo lugar una especie de exhibición de kyuudoo, pero esta parte no me quedó muy clara, así que prefiero no decir nada más antes de contar alguna mentira.

Al final del todo me hizo una demostración. Pero como no paraba de llover, no pudo ponerse el típico traje de kyuudoo y tampoco hizo un tiro a larga distancia.

La diana que se ve en la imagen está hecha de paja de arroz, amarrada tan compacta que no se pueda salir la flecha por el otro lado. Ahora que veo esta foto, me recuerda otra peculiaridad del tiro con arco japonés. Se trata de la manera de coger la cuerda. En kyuudoo se coge con el dedo pulgar, en lugar de con los otros dedos como es el caso del arco occidental. Esta manera de coger la cuerda obliga a extenderla hasta la oreja derecha en lugar de hasta la ojo, como ocurre en otros arcos.

Al lado del edificio donde tengo la habitación hay una zona de entrenamiento de kyuudoo. Muchas veces cuando llego por la noche me paro un par de minutos a ver cómo se entrenan. Lo hacen de una manera tan lenta con unos pasos determinados, incluyendo los saludos, que parece que nunca van a disparar la flecha.

Tras esta lección de kyuudoo, Yamada me dijo que si quería podía usar el onsen particular que tienen en el ryokan. Así que allí me fui, con la suerte de que estaba yo solo. De cómo usar el onsen ya hablé, así que ahora sólo voy a poner un par de fotos. La primera es de las duchas, que hay que tomar sentados.

Luego te metes en el onsen.

Si pensabais que iba a poner una foto más comprometida, os quedáis con esto, las demás fotos las enseñaré en privado.

De esta manera me quedé bastante relajado, lo justo para volver a Nagano, cenar en un restaurante de ramen y marchar para la cama.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

3 comentarios:

  1. Como tu dices, no se nota la diferencia de edad, ni un pelo, hehe

    Oye, que tengo ganas de tomar una de esas duchas de sentado, a ver como van.

    En fin, ya queda poco, unos dias mas y llegan esas cervezas en tokio.

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  2. Pero y nos vas a dejar con las ganas de ver un poco de tus tiernas carnes.....??? vaya primo que tengo!!!
    Ardo en deseos de verte por aquí para acapararte durante al menos una tarde y nos cuentes durante el tiempo que te dejaremos entre sidra y sidra. Prometo cena opípara y silencio absoluto. Seguro que tendrás toda nuestra atención. Disfruta a tope de lo que queda majete. Besos y abrazos calentitos pa ver si te templas.

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  3. Bueno, a ver si vienes pronto y nos haces una demostración de tiro. Después de haber sido tan observador ahora toca practicar.

    Un beso.

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