viernes, 22 de agosto de 2008

...pasa un domingo en Tokio

El domingo por la mañana me desperté temprano para intentar aprovechar un poco el día. Para seguir hablando de comida, en el hotel servían desayuno, pero al estilo japonés, es decir, con arroz. Me comí un par de onigiri, que son unas pelotas de arroz mezclado con otras cosas, como atún o algas. Sigo prefiriendo tomar algo dulce por las mañanas, pero era lo que había y mi estómago se adapta fácilmente.

Cerca del hotel había un edificio con una tienda de Bandai, que para los que crecimos en los ochenta y noventa siempre nos recordará a los Caballeros del Zodiaco, los Power Rangers o el tamagotchi.

Cogí el metro y me fui hacia Ueno. Un apunte sobre el metro de Tokio. Es realmente muy sencillo circular por el metro. Todas las indicaciones están en romaji y en muchos casos, en inglés. Llevando un mapa de la red de metro y trenes de Tokio es muy fácil orientarse. Aquí os dejo un enlace a un buen mapa, pero en los puestos de información de las estaciones también se pueden conseguir. Si se van a hacer muchos desplazamientos, conviene sacar el pase para un día. Por 1000 yenes (aproximadamente 6 euros) tienes acceso ilimitado a toda la red de metro durante un día. Es muy sencillo sacar este billete en las máquinas expendedoras que hay a montones en todas las estaciones, ya que tienen guía en inglés. Cuidado al comprar el billete, porque hay dos compañías de metro en Tokio. El billete que os comento sirve para todas las líneas, pero hay otro más barato que sólo sirve para las líneas de una de las compañías. Combinando este pase de un día con el JR pass (billete de la compañía JR que por un precio único se puede circular por toda la red de trenes y autobuses de JR durante el tiempo de validez: 7, 15 o 30 días) se puede circular cómodamente por todo Tokio.

Después de esta parrafada, viene la nota friki. Los japoneses están en todo y si no mirar esta recomendación.

Muy gráfico. Además, el espíritu consumista llega hasta los baños del metro. Esto son los anuncios que hay en frente de los urinarios en algunos baños del metro.

Es una buena idea. Llegas apurado, te descargas y cuando estás con la guardia bajada, levantas la mirada y te endosan el anuncio.

Bueno, me había quedado en que había vuelto a Ueno. Allí fui al Museo Nacional de Tokio.

Se trata del mayor museo de todo Japón. Tiene varias salas dedicadas a arte japonés y asiático. Además, tienen exposiciones temporales a las que se puede acceder con un sobreprecio en la entrada. En esta ocasión había una exposición de duelos de genios, que consistía en poner juntas varias obras de autores japoneses de la misma época para poder compararlas. Mereció la pena pagar el coste extra, había obras muy interesantes. No puedo enseñaros fotos porque, como es lógico, no se permitía sacarlas dentro de la exposición. Sin embargo, sí puedo comentaros algo curioso. En una sala había unos tazones para té donde se decía que uno de ellos era el más perfecto tazón para té, debido a sus proporciones. A vista de un occidental profano en temas de cerámica oriental, aquel tazón, arrugado y sin ningún tipo de ornamentación, no me parecía nada del otro mundo, pero la vitrina donde se encontraba estaba rodeada de decenas de personas y algunos tomaban notas y todo. Supongo que me queda mucho para poder apreciar estas cosas.

En el museo eché bastante tiempo y aún así no me dio tiempo a verlo todo con detalle. Después me fui a dar un paseo por Ginza, uno de mis barrios preferidos en Tokio. Volví a hacer una visita a la tienda Apple y al edificio Sony, donde se puede jugar con los últimos modelos y futuros lanzamientos de las dos compañías.

Este es un país de contrastes, y es que, muy cerca del extremo de la zona comercial más pija de todo Japón donde se pueden comprar bolsos de Louis Vouitton o diamantes, uno puede encontrar un callejón como este.

En este restaurante comí un tazón de arroz con sushi, tofu y sopa de miso, todo ello por menos de 6 euros. Una prueba más de que Japón no es un país caro si buscas un poco y te atreves a meterte en estos sitios.

A continuación me dirigí a uno de los barrios que me quedaban por visitar en Tokio, Ebisu. Este barrio es un sitio bastante tranquilo donde hay un gran centro comercial y un par de museos. El que me interesaba a mí era el Museo de la Cerveza Yebisu. La entrada es gratuita y no me extraña, porque es un anuncio constante de la marca Yebisu, pero por otro lado, no estuvo mal. Además, al final hay un bar donde se puede degustar las distintas especialidades de la marca por 500 yenes.

Después me fui a dar un paseo por Harayuku donde, a pesar de la lluvia aún había un montón de gente comprando y en el Jinguu-bashi había alguna chica vestida al estilo cosplay, pero de todo esto ya hablé el año pasado. A continuación, fui a dar un paseo corto por Shibuya, otro de mis barrios preferidos, pero la lluvia ya empezaba a caer en serio y no tuve ganas de mojarme otra vez como el día anterior.

Para terminar el día, una nota consumista. Hacía tiempo que le venía dando vueltas a comprar una cámara digital reflex, así que al final me decidí a dar el salto desde las compactas, ya que no iba a estar en mejor sitio para comprar una cámara de fotos. Al final me decidí por una Nikon D60 con un objetivo cutre para empezar a aprender un poco y luego ya veremos qué pasa.

Ya veis que finalmente no me pude resistir a la tentación de comprar un cacharro electrónico. Espero que en alguna de las próximas entradas os pueda poner alguna foto hecha con esta cámara, de momento puesta en automático, que tengo mucho que aprender.

Una vez saciado mi afán consumista fui a la estación de trenes para coger el shinkansen a Nagano. Podría terminar aquí, pero este año mis problemas con los trenes están siendo una nota predominante. No tuve ningún retraso, porque el servicio de trenes bala japoneses es el más eficaz del mundo. Al parecer, el único retraso hasta la fecha ha sido por un terremoto, y eso espero no tener que vivirlo, al menos en el tren. El problema fue que, cuando intenté entrar en la estación, la máquina no me dejaba pasar y me devolvía el billete. A la tercera vez de intentarlo me di cuenta de que me habían dado un billete para el día siguiente. Una vez más volví con los problemas de comunicación, y es que el que me había vendido el billete en Nagano no entendía muy bien el inglés (al menos el mío), así que debió de confundir Sunday con Monday. Menos mal que iba con tiempo bastante y pude cambiar el billete en el momento y sin sobreprecio.

Un día completo. Un punto friki, cerveza japonesa, cacharros electrónicos y problemas de idioma, creo que no estuvo mal el fin de semana.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

6 comentarios:

  1. Hola primo Lari!!!

    La cámara de fotos pregúntale al friki de Fernando, pero ten cuidado o te terminará hablando de sus queridos hijos (los telescopios, no los otros!!!) y no hay quién lo haga parar.

    Un beso desde la Asturias patria querida (más concretamente, desde Les Segaes).

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  2. Vaya juguetito mas bonito que te has comprado! Ahora a combertirte en otro Sebastiao Salgao o Henry Cartier Bresson.

    Ya te queda poco, asi que exprimelo al maximo, que luego solo te espera San Mateo, el gimnasio, la moto... Ah, y unos dias de vacaciones! :)

    Cuidate!
    Mario

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  3. Insisto: los mangas ilustran cantidá. ¿T'as fijao en la taza en la que bebe (el té, no el sake) la "vieja Tsunade" (ver Naruto)? Pues es también arrugaíta, igual va a ser verdá lo de que la arruga es bella. Me alegra mucho que visites tantas cosas, y luego nos lo cuentes, claro. Disfruta todo lo que puedas, que luego sólo te arrepientes de lo que pudiste hacer, pero no hiciste. Guapa la cámara; que no s'entere Joan o te pedirá una para él.
    Besicos de Huesqueta.
    Jorge y Sara

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  4. Por cierto, mi favorito, el museo de la cerveza. La sidrina está de muerte, pero ya sabes lo que nos priva la birrina a Jorge y a mí. Por cierto ¿muestras pa' llevar a los amigos no daban? tch, tch, hay que mejorar ese marketing.
    Besicos.
    Jorge y Sara

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  5. Qué tío!! Qué morro!!

    Yo, como la hermana, pienso que deberías preguntai al astro-friki (aunque él es un enamorao de las Canon, que son las que tienen todos los astro-algo como él).

    Jo, tío!! ya no te queda nada... Madre! no se te pasó rápido?? Bueno, tengo que diseñar un cruce con semáforos, sensores y to'la pesca, marcho (me temo que a medida que se acercan los nefastos, pierdo tema de conversación y capacidad para la chorradez). Un beso primin japonesin!!! Ciao

    :P

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  6. Ahi esta mi doraemon, heheh

    La camara cojonuda, y me encanta ese sitio en el callejon para comer, muy pintoresco.

    Un abrazote

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