viernes, 20 de agosto de 2010

...se da un baño

Bien, aquí vuelvo. Tengo muchas cosas atrasadas, así que me temo que no voy a poder dedicarles el tiempo que se merecen a las visitas que he recibido las últimas semanas. De momento, voy a comenzar por la primera, la de Bea.

Ella ya había estado en dos ocasiones en Londres, así que decidí buscar otro sitio para visitar ese fin de semana, de manera que fuera algo que yo no hubiera visitado todavía. De esta manera elegí Bath. Esta es una ciudad de tamaño medio, situada a orillas del río Avon, cerca de Bristol.

El sábado de hace tres semanas salimos de Guildford no demasiado temprano y decidimos pararnos en Stonehenge, ya que queda de camino. Yo ya había visitado ese sitio hace unos meses, pero no me importaba volver a entrar, más que nada porque soy socio de English Heritage, y las entradas a los sitios que están adscritos a esta asociación me salen gratis. Había muchísima gente, sobre todo en comparación con el día que había ido yo, que aún era invierno. Como de este sitio ya he hablado, me puedo saltar esta parte. Lo malo es que, entre uno y otro, llegamos un poco tarde a Bath, por lo que no nos dio tiempo a visitar nada, tan sólo a darnos un pequeño paseo. Mi idea era la de visitar el sábado Bath y el domingo Bristol, por lo que había cogido un sitio donde dormir entre ambas ciudades. Pero al final, sólo nos dio tiempo a ver Bath.


Esta ciudad es bastante diferente a las demás ciudades de tamaño parecido que he visto hasta ahora. Tiene su origen en tiempos de los romanos, hacia el 500 d.C., cuando se descubrió una fuente termal, pero por lo visto, debe su aspecto general de estilo georgiano a la remodelación que se llevó a cabo en el siglo XVIII. Más abajo pondré una foto de las casas típicas de Bath. Todo esto le valió a Bath para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Una de las vistas más conocidas de la ciudad es la que se puede observar desde orillas del río.



Aquí se puede ver al fondo el Pulteney Bridge, un puente inspirado en el Ponte Vecchio de Florencia. Es curioso, es el tercer puente inspirado en un puente italiano que veo en este país, tras los de los suspiros de Cambridge y Oxford. Este puente tiene tráfico rodado a través de él, pero a los lados hay varias tiendas.

Lo más conocido de Bath son, como su propio nombre indica, los Roman Baths, unos baños romanos situados en el único punto termal de toda Inglaterra, o al menos eso creo recordar que decían en la audioguía que daban con la entrada. Ésta es un poco cara, pero la visita es muy larga y el sitio merece la pena. El complejo, el cual está casi completamente bajo tierra, es bastante grande, supongo que debido a la importancia que adquiriría dentro del mundo romano en Inglaterra. Se puede ver un museo, la parte excavada de los patios y templos exteriores y, lo más llamativo, el punto caliente por donde sale el agua a algo más de 45ºC y la piscina principal, la cual tienen llena y es casi el único punto que está al aire libre. La siguiente imagen es una panorámica, así que se nota un poco curvada por efecto del fotomontaje.


Cerca de los baños se encuentra la Abbey Church, la cual podéis ver al fondo de la anterior imagen. Se trata de una antigua iglesia de un monasterio benedictino con una larga historia cuya estructura actual de estilo gótico perpendicular viene de una reedificación de 1499. La siguiente es una imagen de la fachada.

Como dije antes, el estilo predominante en todos los edificios de la ciudad, tanto nuevos como viejos, es el georgiano. Dos de las principales muestras de este tipo de arquitectura son el The Circus y el Royal Crescent, ambos construidos por John Wood el Joven, hijo de… John Wood el Viejo, original ¿verdad? Por lo que se ve, entre ambos debieron de hacer buena parte de la reconstrucción de la ciudad. Aquí os pongo una imagen del The Circus, que es una plaza redonda rodeada de edificios, así que la imagen es nada más que de un cuarto de la plaza.

La siguiente es otra de mis panorámicas, esta vez del Royal Crescent, que es un conjunto de edificios distribuidos en una sección de una elipse de 200 metros de longitud y con cien columnas.

Y esto fue más o menos lo que vimos. Dimos un buen paseo por toda la ciudad, pero los sitios más emblemáticos son los que os he puesto. También hay muchos museos y se pueden visitar casas, pero no nos daba tiempo a más, ya que la visita a las termas nos llevó bastante tiempo y había que volver a Guildford, ya que Bea se marchaba al día siguiente bastante temprano. Espero no retrasarme mucho con la siguiente entrada, en la que ya estarán mis padres en Londres.

Besos para ellas y abrazos para ellos.

4 comentarios:

  1. Cómo me alegro que hayas retomado el blog!! Cómo te echábamos de menos!

    La verdad es que siempre visitas sitios muy chulos. Dan ganas de ir a todos, sobre todo a los Roman Bath.

    Besos!!

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  2. Cierto Raquel. Además los fontaneros de entonces, no sé si porque los amenazaban con "llevarles" al circo, trabajaban a conciencia y las cañerías que llevan el agua a esa piscina son las originales romanas de plomo. En aquel entonces la piscina era cubierta, así que el agua no tenía ese colorcillo verde estanque.
    También Jane Austen (mal llamada escritora romántica, aunque era muy pragmática) dedicó su atención a la ciudad en alguna de sus novelas.
    Besicos faticos.
    Jorge y Sara

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  3. Hola de nuevo Sempai!

    Muchos te echábamos de menos por aquí jeje.

    Muy bonita la ciudad si señó. A ver donde llevaste a tus progenitores, espero que lo hayan pasado bien.

    Un abrazo Obi!

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  4. Muy chulos los baños, pero ¿te dejan bañar? Lo mejor de una fuente termal es que te puedas bañar. ¿No fuisteis a ninguna? ¿No hay otras?
    Lástima que dure tan poco el fin de semana. Y si encima estás en buena compañía y te lo pasas bien aún duran menos.
    ¡A ver si los físicos hacéis algo al respecto!
    Un abrazo desde Huesca de nuevo, pero por poco tiempo.

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